En medio de esto convulsos y aciagos tiempos “pandémicos” por los que estamos pasando, esos tres requisitos de un proceso de diálogo abierto y amplio, se vuelven indispensables. A ellos podemos sumar, también la prudencia, la flexibilidad y el respeto por todas las partes, algo que también es indispensable para un diálogo.
EAE: los lineamientos señalados no son un invento del autor, están establecidos en el artículo 63 del Reglamento de Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) vigente desde el año 2004. Se norma así, la evaluación ambiental estratégica para políticas, planes y programas, incluyendo decisiones estratégicas que debe tomar la sociedad.
Sobre este tema he escrito varios artículos durante los últimos 10 años (ver: www.allan-astorga.com) con el ánimo que el Poder Ejecutivo estableciera la reglas para desarrollar la EAE de políticas, planes y programas en el país. Es importante, no confundirlo con la EIA de proyectos, dado que la EAE se concentra en desarrollar las normas que regulan la amplia participación de la sociedad, por medio de representantes, para que discutan los pro y contras de una política (por ejemplo, económica y social) y logren por medio de una metodología estandarizada en muchos países del mundo un producto que represente el criterio más equilibrado de la mayoría.
Se llama EAE por que surgió de la EIA desde hacer varias décadas, pero básicamente es un instrumento normalizado de diálogo social, amplio, transparente e informado que permite derivar recomendaciones para decisiones estratégicas. Dado que es un procedimiento estandarizado en muchos países del mundo, no hay que “inventar el agua tibia” para normalizarlo.
Larga lucha por su normalización: después de varias acciones planteadas a la Sala Constitucional durante el periodo 2010 – 2015 para que le ordenara al Poder Ejecutivo que se normara, fructificó una denuncia del suscrito ante la Contraloría General de la República. Así, en julio del 2017, dicha entidad emite el Informe DFOE – AE – IF – 00008 – 2017, disponiendo lo siguiente: “Al Ministro de Ambiente y Energía en su calidad de rector del sector ambiente, energía, mares y ordenamiento territorial, o a quien en su lugar ocupe el cargo: 4.4 Elaborar una propuesta de lineamientos que direccione el enfoque, los fines y el ámbito de aplicación de la evaluación ambiental estratégica en el país…” De acuerdo CGR el instrumento debería ser remitido a esta entidad a más tardar el 22 de enero del 2018.
Como respuesta a esto, la administración Solís – Rivera elaboró la Directriz No. 3 – 2018 – MINAE en la que se señalan ciertos lineamientos para la EAE de PPP, algunos de ellos contradictorios con el Reglamento General de EIA antes citado y en la que, además de mostrar una clara ignorancia sobre el tema de la EAE, le da una “especie de patada a la bola”, cuando señala: “Artículo 5.- Del plazo. Para cumplir con el diseño y elaboración del reglamento de evaluación ambiental estratégica para políticas públicas conforme a los lineamientos acá establecidos, se le solicita a la Comisión Plenaria de la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (SETENA) y a la Secretaría de Planificación Sectorial de Ambiente (SEPLASA) presentar al Ministerio de Ambiente y Energía en los próximos seis meses la propuesta de los reglamentos, instrumentos y metodología requerida. Deberán incluir un transitorio que indique (que) el reglamento entrará en vigencia hasta que se consolide la Oficina de Evaluación Ambiental Estratégica dentro de la Secretaría de Planificación Sectorial de Ambiente (SEPLASA) y se cuente con los recursos materiales y humanos respectivos para su adecuado financiamiento”.
Decimos que hay una gran ignorancia y hasta decidía para normalizar el instrumento, dado que se ignora que ya la SETENA tiene un Departamento de EAE y que, por normativa, le corresponde a esta Secretaría Técnica atender el tema de la EAE de PPP, que dicho sea de paso, consiste simplemente en verificar que la normativa se cumplió. No hace falta crear una oficina y crear más plazas para que atienda algo que la SETENA puede atender. Por lo que se veía, la administración Solís – Rivera no tenía mucho interés en implementar la EAE de PPP, como tampoco parece haber sido el interés de la actual administración, pues hasta ahora no se ha avanzado casi nada sobre la reglamentación.
Importante instrumento de diálogo nacional: el hecho de que esa normativa de EAE no se hubiese formalizado en el país, resulta un grave error por parte del Poder Ejecutivo, particularmente del MINAE y la SETENA. La existencia de ese instrumento de dialogo social para decisiones estratégicas permitiría, en una coyuntura como la actual, establecer un proceso de participación amplio y proporcional que cumpla los objetivos de la EAE aplicado a la Política Fiscal que requiere el país. Esto sin que el “diálogo” se convierta en una “especie de operación embarre” o en un mecanismo de filtro para ciertos sectores como sucedió con el instrumento que propuso el Estado de la Nación.
Una EAE bien desarrollada puede generar producto muy rápido (semanas), sobre todo si se tiene un grupo de apoyo técnico que brinde datos sólidos y concretos que faciliten el proceso de tamizado, selección, análisis de alternativas y valoración comparativa, análisis de consistencia, valoración de consecuencias de corto, mediano y largo plazo, salvaguardas y mecanismos de verificación de cumplimiento por parte de la Sociedad.
Otro elemento importante en la EAE de PPP y decisiones estratégicas es que las autoridades de gobierno son un sector más y no el que controla el proceso. Para ello se busca una entidad facilitadora neutral y objetiva que conozca la aplicación de las fases de la EAE. Esto es vital, para que los productos sean obtenidos por consensos de los diferentes sectores y no como una imposición de algunos de ellos.
Aclaro, generar el reglamento, usando los estándares internacionales sería posible en pocos días, siempre que exista verdadera y transparente voluntad política. Al respecto las autoridades de gobierno pueden contar con nuestro sincero apoyo.
Participación amplia de todos los sectores: las acciones violentas ya no son una solución, todo lo contrario, exacerban ánimos y generan más violencia en una espiral creciente cuya cúspide es ignota y sumamente peligrosa. Igual de nociva resulta el involucramiento de partidos políticos o de políticos cuyos objetivos no parecen ser muy claros cuando hablan de un diálogo y tratan de vetar sectores.
A nuestro criterio, el mecanismo de participación en una EAE, como la que se debería realizar en esta coyuntura en el país y sobre el tema fiscal, debe partir de una clara visión de lo que está pasando a la sociedad. Por eso, aunque creemos que hay muchos polos de opinión, si vemos el asunto en perspectiva, nos podemos dar cuenta (de forma sorpresiva, para muchos), que en realidad solamente hay dos polos que se anteponen.
Ante la crisis económica, social y de salud (incluso mental) en que ha caído nuestra sociedad, debido a la Pandemia por el Covid – 19, resulta que nuestra sociedad se ha dividido, especialmente, la comunidad laboralmente activa.
Por un lado, están los “trabajadores” que se encuentran sin empleo o que tienen un trabajo muy frágil. Incluyo dentro de este grupo la gran cantidad de personas laboralmente activas, pero que están desempleadas que en nuestro país ya supera los 500 mil. Incluyo dentro de este grupo no solo hay todo tipo de trabajadores “asalariados”, sino también todo tipo de empresarios (micro, medio y grandes). Si, incluso los grandes empresarios que sufren por la situación, pues salvo algunas actividades que han prosperado en condiciones de Pandemia, la gran mayoría de los empresarios viven una condición de incertidumbre y preocupación por el futuro inmediato, pues no hay seguridad de que la situación mejore a futuro.
También forman parte de este grupo todos los agricultores, los pescadores, los empresarios turísticos y personas que, numerosamente, se dedican a actividades informales.
Todos los que no recibimos un ingreso fijo, sufrimos de esa incertidumbre y falta de seguridad respecto a nuestro futuro y de los seres que dependen de nosotros. Algo para lo cual se requiere comprensión y tolerancia.
Por otro lado, están las personas que reciben un ingreso fijo, con o sin Pandemia. Me refiero a los empleados del Estado, instituciones autónomas del Estado y de los gobiernos locales. También forman parte de este grupo los pensionados por los diversos regímenes que tiene el Estado. Aunque todas estas personas también tienen preocupación e incertidumbre por la Pandemia, es claro que tienen una situación más privilegiada y de confort respecto al primer grupo.
Así las cosas, resulta justo que, si nuestra sociedad se encuentra dividida entre esos dos grandes grupos, se hace necesario que ambos grupos participen por igual en la búsqueda de alternativas de solución al serio problema económico por la que estamos pasando como sociedad. No resulta justo ni apropiado que solo sea uno de esos grupos, particularmente aquellos que resultan más privilegiados, el que plantea la soluciones a la situación de crisis que está pasando nuestro país. Ambos grupos tienen derecho de opinar y buscar soluciones consistentes por medio de diálogo efectivo y objetivo.
La selección de los representantes de los diferentes sectores de la sociedad no debe tener un límite bajo. Una EAE puede ser desarrollada con más de 30 representantes como en la que el suscrito tuvo el honor de participar en El Salvador donde se realizó la EAE de la minería metálica y en donde se dio una participación amplia con más de 100 representantes de la sociedad salvadoreña.
Poner limites y hacer cálculos para ver que sector tiene mayoría, no es funcional. Lo que se requiere es que todos los sectores tengan vos y voto, incluso aquellos que no parecen tener a nadie que los defienda como los desempleados y los que trabajan en la informalidad, entre otros.
Urge actuar: el hecho de que los diferentes sectores, presionados por la situación económica que tiene y las preocupaciones que los aquejan, se traten de reunir y discutir alternativas, no es negativo. Todo lo contrario, es un proceso de construcción. No obstante, se requiere que el proceso de diálogo se amplíe y sea más inclusivo, pero es clave que no sea protagonizado por las autoridades de gobierno. Debe ser facilitado por un ente externo no involucrado con ninguno de los sectores y que permita desarrollar todas las fases del proceso de EAE de la decisión estratégica hasta llegar a los puntos de consenso necesarios para emitir una recomendación.
El tiempo apremia y es hora de que nuestro país utilice las herramientas técnicas para avanzar y dejar de estar estancados en la falta de decisiones estratégicas, no solo para tratar de resolver la seria situación fiscal, sino para impulsar el desarrollo socioeconómico de nuestro país. Hay mucho por hacer y no debemos perder el tiempo más.
Publicación Original: Octubre 22, 2020 4:32 am