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Crucitas: consideraciones técnicas para la toma de una decisión

Crucitas: consideraciones técnicas para la toma de una decisión

Las cumbres sobre Cambio Climático, como la COP 27 del año 2022 realizada en Egipto siguen teniendo, según nuestro criterio, un enfoque equivocado. No dudamos de que muchos de los participantes tienen la mayor y mejor voluntad de lograr avances. Más, sin embargo, todo parece indicar que se trata de un asunto de paradigma.

Hay una confusión de objetivos, prioridades y expectativas.La Crisis Climática no ha terminado y más bien está empeorando. Los recursos deben ser invertidos en acciones preventivas globales.Las acciones que apremia tomar deben ser locales, pero con visión planetaria, es decir, de acción ubicua. La efectividad de las acciones debe llevar como resultado dar insumos a los gobiernos locales para que, junto con sus comunidades, puedan tomar acciones concretas en sus territorios jurisdiccionales. Mientras esto no se haga no podemos decir que estamos avanzando.

Mayo 21, 2023 4:52 am

La exploración y explotación de hidrocarburos en Costa Rica no es sostenible

Recientemente, la Unión Costarricense de Cámaras de la Empresa Privada (UCCAEP) hizo una propuesta al presidente de la República para que emita un decreto ejecutivo que suspenda la moratoria petrolera y así, reactivar la exploración y explotación de hidrocarburos (petróleo y gas natural) en el país.  

Se trata de un asunto recurrente que es de interés de todos los costarricenses pues, desafortunadamente, se vende la idea de que con la hipotética extracción de estos recursos el país obtendrá “dinero fácil y abundante” y con ello vencerá la pobreza y se hará casi tan rico como Noruega. 

Algo que, como hemos dicho, resulta un irrespeto muy serio a la sociedad costarricense y en particular a la gente más pobre y necesitada, pues les crea falsas expectativas que no se van a cumplir. Algo que no resulta para nada justo ni necesario.

Lo que propone la UCCAEP: se emite un documento titulado “Propuesta de UCCAEP para una política energética equilibrada”. El gestor principal de la propuesta es el Dr. Roberto Dobles, exministro de Ambiente y Energía de la administración Arias y quien es coordinador de la Comisión de Energía de la UCCAEP.

La propuesta encuentra fundamento en el hecho de que los vehículos pueden transformarse para que en vez de consumir derivados del petróleo puedan consumir gas natural. Se indica que, con esto, se mejora la sostenibilidad ambiental del país, pues se reducen las emisiones.

Además, se señala que el quemado del gas natural es más barato que quemar petróleo, por lo que el cambio produciría una menor inversión.

La eventual extracción de los hidrocarburos la tendrían que realizar empresas petroleras trasnacionales. Se indica que estas empresas tendrían que pagar renta y otros impuestos que generarían ganancias para el Estado.

Según la UCCAEP los yacimientos potenciales en Moín, Limón y Río Blanco en el Caribe podrían generar hasta $251 mil millones, monto que mayoritariamente se llevarían las empresas petroleras extranjeras. Detallamos aquí por qué razón.

Elementos a considerar: ante esta posición, se hace necesario, presentar argumentos técnicos de contrapeso que sirvan a las autoridades de gobierno para tomar la decisión más sabia y equilibrada posible. 

Estos argumentos se presentan en razón de la experiencia del autor como geólogo de exploración petrolera de RECOPE por cerca de 15 años y, también, por ser uno de los autores responsables de compilar la información técnica petrolera obtenida de casi un siglo de exploraciones petroleras realizadas en el país durante el siglo XX. También, por la experiencia del autor en hidrogeología ambiental y en evaluación de impacto ambiental.

Así las cosas, recomendamos considerar los siguientes argumentos técnicos:

  1. En Costa Rica no existen estudios científicos serios y avalados por las autoridades técnicas de gobierno o pares o de entes académicos que demuestren fehacientemente la existencia de yacimientos probados de hidrocarburos en territorio nacional. 

Existen datos de valoración potencial que tienen más de 30 años de antigüedad y son solo una posibilidad para atraer empresas petroleras a realizar exploración en el país. Lo que existen son especulaciones sin pruebas revisadas.

Este elemento es muy importante, pues de especular un eventual volumen de yacimientos, es fácil pasar a estimar el valor comercial del mismo. De allí sale esa cifra de $251 mil millones, es decir, de un dato especulativo y de potencial que no está fundamentado de ninguna manera en datos de reservas probadas y comprobadas.  Por esta razón, estos números deben manejarse con suma precaución. 

  1. El costo de las tareas de exploración de hidrocarburos es muy oneroso, del orden de decenas a cientos de millones de dólares por año. El país no podría asumir esos gastos en actividades de exploración para saber si es cierto o no si existen yacimientos potencialmente explotables. 

Se debe recordar que durante casi todo el siglo XX se realizaron actividades de exploración de hidrocarburos por diferentes empresas petroleras sin ningún éxito. Esto se debe a que geológicamente Costa Rica es un país muy complejo y por eso no es un país atractivo para realizar actividad petrolera.

Costa Rica es un país producto del choque de placas tectónicas, por lo que tiene muchas fallas geológicas por donde el petróleo o el gas natural que se pudo generar podría haberse perdido por su salida a la superficie. Para colmo de males, tiene mala calidad de rocas reservorio, debido a que las arcillas, que sellan los poros de las rocas, son un mineral abundante.

  1. En el planeta Tierra existen reservas de petróleo hasta el 2070 aproximadamente y de gas natural hasta el 2090 o 2100. Hay muchos hidrocarburos disponibles y no se ocupa encontrar más yacimientos. 

Lo que se ocupa es dejar de usarlos, es decir, descarbonizar la economía y cumplir el Acuerdo de París del 2015, el cual el país suscribió.

Además de esto, la eventual extracción del petróleo o del gas natural dependerá del tipo de yacimiento, su profundidad y naturalezas de los hidrocarburos. Dependiendo de esto, el costo de la extracción puede ser más alto que el promedio y sus impactos ambientales pueden ser muy significativos. Esto no se sabrá hasta identificar un yacimiento, pero en un contexto geológico como el de Costa Rica y por la experiencia de la exploración petrolera realizada en el siglo XX, es una posibilidad real.

  1. En caso de realizarse actividad petrolera en el país, tendría que ser por medio de concesiones a empresas petroleras extranjeras, las cuales tendrían que hacer la inversión en exploración y, dado el caso, de la explotación, por lo que ellas se llevarían la mayor parte del recurso y sus ganancias (hasta el 85% del total). 

De manera que al país solo le quedaría muy poco del recurso, con el agravante que nos quedarían los impactos ambientales que se produzcan por contaminación, cuya remediación no se pagaría con las ganancias obtenidas. 

Las experiencias en países tropicales, es que la remediación de los impactos ambientales producidos por la actividad petrolera, por lo general, es más costosa que el beneficio económico que deja. Así no es negocio, pues las empresas petroleras se llevan las ganancias y a nosotros nos toca lidiar con los problemas ambientales y sociales que se derivan.

  1. Los lugares donde la UCCAEP dice que podría haber hidrocarburos son zonas de bosques biodiversos con acuíferos en el subsuelo o áreas marinas con gran biodiversidad y muy sensibles desde el punto de vista ambiental. 

Son de gran riqueza ecológica y habría que sacrificar esos recursos para sacar petróleo o gas natural para el beneficio mayoritario de una o varias empresas petroleras extranjeras. Destruir la biodiversidad no es negocio para Costa Rica.

  1. Existen otras alternativas para el alto consumo de hidrocarburos que tiene el país y consiste en el desarrollo de combustibles alternativos como los biocombustibles o el hidrógeno verde. 

También se podría impulsar la geotermia de baja y media entalpía en todo el país, algo que hemos descuidado por años y que debería ser impulsado para que sea el sector privado el que lo aproveche. Esta energía geotérmica puede aportar la energía eléctrica que necesita un parque automotor eléctrico, por lo que no es necesario el uso de gas natural.

Estas actividades dejarían beneficios económicos directos al país y mayores que los que dejaría el arriesgarse a empezar una incierta actividad petrolera.

  1. Finalmente, el país tiene una importante imagen ambiental ante el mundo y eso es causa de que se tenga mucho turismo que es la primera fuente de ingresos del país y, además, una gran reputación en materia ambiental en todo el mundo. 

Aventurarse con el tema de hidrocarburos en medio de una enorme Crisis Climática en el planeta dejaría la reputación internacional del país por los suelos.

No debemos olvidar que conforme pasa el tiempo, más se agrava la situación de Cambio Climático y más intensos son los efectos de éste. Costa Rica es un país altamente vulnerable a la Crisis Climática. Desde este punto de vista, el que el país se abra a la exploración y muy, pero muy eventual explotación petrolera, resulta altamente contradictorio, en particular, porque esa actividad no es parte de su modelo de desarrollo económico.

Costa Rica tiene otras alternativas para impulsar su desarrollo económico. Por medio de una correcta planificación y gestión de su territorio, puede potenciar el uso sostenible de sus bosques, biodiversidad, suelos para producción regenerativa, potencial geotérmico y riqueza hídrica, a parte del potencial que tienen sus mares. 

Así las cosas, ponerse a revivir una actividad que no se necesita y que debemos dejar en el pasado, no es para nada recomendable.

El autor es geólogo ambiental. Fue geólogo de exploración petrolera para la Refinadora Costarricense de Petróleo entre 1984 y 1999. Ex secretario General de la SETENA. Catedrático de Sedimentología y Geología Ambiental de la Universidad de Costa Rica hasta el 2019. Es Doctor en Ciencias Naturales y consultor ambiental en evaluación ambiental, ordenamiento ambiental del territorio, planificación territorial, gestión del riesgo e hidrogeología ambiental.

a.astorga.g@gmail.com


La Gestión preventiva del Riesgo ante los escenarios futuros de la Crisis Climática

Abril 16, 2023 4:24 am

Los desastres se hacen cada vez más comunes. Tanto que, gradualmente, los vamos haciendo parte de la rutina de cada año. En verano, sequías, olas de calor e incendios forestales; en invierno, intensas lluvias, deslaves, inundaciones y procesos de erosión. Mientras la Crisis Climática se acentúa y se incrementa, las anomalías climáticas se hacen más frecuentes, haciendo que los daños se hagan cada vez más grandes. Por esta razón, en este noveno artículo de SALVETERRA trataremos el tema de cómo enfrentar este reto en países como Costa Rica, donde además de los efectos del Cambio Climático, nos afectan los GeoRiesgos que también representan una fuente importante de desastre.

Escenarios futuros de Cambio Climático: el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) ha desarrollado desde hace varias décadas diferentes escenarios sobre el Cambio Climático. Se basa en una proyección de incremento de emisiones de gases de efecto invernadero, particularmente CO2 y el consecuente aumento de la temperatura de la atmósfera.

Hay escenarios con cambios leves hasta severos según lo que suceda con las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, existen diversas variables que pueden cambiar, como por ejemplo el papel de los océanos en la regulación climática o la eventual actividad de un volcán, de actividad muy violenta, que puede generar efectos incluso de alcance global.

No obstante, sobre la base de la tendencia de aumento de la temperatura de la atmósfera durante las últimas décadas, los escenarios futuros indican un aumento significativo de la temperatura y por tanto un incremento (en intensidad y frecuencia) de los efectos del Cambio Climático, en particular, con el desarrollo de anomalías climáticas, como tormentas tropicales y huracanes en zonas tropicales u olas de frío o sequías en regiones de latitudes más altas.

Los escenarios locales generados por las entidades meteorológicas de los diferentes países, permiten observar con mejor detalle los efectos del cambio climático en cada territorio; aunque los efectos de las anomalías climáticas no pueden visualizarse de forma tan clara, dado que se trata de fenómenos regionales que responden a condiciones atmosféricas particulares, como por ejemplo los fenómenos de la Niña o el Niño. En el caso de Costa Rica y Panamá, a esto se suma el movimiento de la Zona de Convergencia Intertropical.

En resumen, los escenarios de Cambio Climático se pueden traducir en mapas que reflejen donde se darán cambios significativos en la cantidad de lluvias por mes, o donde se podrían dar eventos de precipitación lluviosa intensa en determinados meses del año. También se pueden traducir en mapas de aumento de temperatura y disminución de la humedad, donde se podrían dar olas de calor y eventos de sequía. A partir de estos mapas es posible realizar gestión preventiva del riesgo.

Mapas de amenazas naturales: las ciencias geológicas nos muestran que en aproximadamente un 90 %, las áreas de mayor susceptibilidad a que se presente un evento de desastre pueden ser cartografiada e identificada en un mapa antes de que ocurra el evento. Este es el objetivo de elaborar mapas de amenazas naturales, los cuales, por lo general se separan por tipo de amenaza y se categorizan en cinco niveles desde muy baja a muy alta amenaza.

Los temas que se desarrollan en mapas de amenazas naturales pueden ser numerosos si el territorio en análisis está sujeto a efectos de GeoRiesgos (fuentes de amenaza asociados a fenómenos geológicos) o efectos del Cambio Climático. Los temas principales son los siguientes:

• Mapa neotectónico: muestra las estructuración geológica – neotectónica señalando las fallas geológicas regionales (activas) que sirven de límite de unidades tectónicas y fallas geológicas locales (activas o potencialmente activas) que pueden ser fuentes de sismicidad y potencial ruptura del terreno en superficie.

• Mapa de laderas inestables: indica la condición de susceptibilidad de las laderas al desarrollo de procesos erosivos y desprendimientos gravitacionales en masa (deslizamientos) según cinco categorías desde muy bajo a muy alto.

• Mapa de aceleración sísmica: expone la zonificación del territorio según la aceleración sísmica a que pueda estar expuesta según la sismicidad instrumental e histórica registrada. Se subdivide en cinco categorías de muy bajo a muy alto.

• Mapa de amenaza por eventos sísmicos: zonificación del territorio en estudio según su susceptibilidad sísmica respecto a la unidad geológica que conforma el subsuelo superior. Se subdivide en cinco categorías de muy bajo a muy alto.

• Mapa de aceleración sísmica por tipo de suelo: zonas en que se divide el territorio en estudio respecto al suelo que forma la corteza de meteorización de las unidades geológicas y su susceptibilidad a la aceleración sísmica producida por un evento local o regional. Se subdivide en cinco categorías de muy bajo a muy alto.

• Mapa de amenaza por inundaciones: muestra las zonas en que se divide el territorio en análisis según su susceptibilidad al desarrollo de eventos de inundación asociados a altas precipitaciones pluviales. Se subdivide en cinco categorías de muy bajo a muy alto.

• Mapa de amenaza por actividad volcánica: zonificación del territorio respecto a las zonas de amenaza vinculada a la presencia de centros volcánicos eruptivos activos y centros eruptivos dormidos.

• Mapa de amenaza por licuefacción y subsidencia diferencial: indica las zonas del territorio en estudio más susceptibles a la amenaza por licuefacción (originada principalmente por solicitaciones sísmicas), así como por subsidencia diferencial ante la aplicación de cargas. Se subdivide en cinco categorías de muy bajo a muy alto.

• Mapa de amenaza por Tsunami y ascenso relativo del nivel de mar: muestra las zonas costeras del territorio sujetas a un ascenso rápido y temporal del nivel del mar por el efecto de un Tsunami o bien un lento ascenso relativo del nivel del mar como consecuencia del Cambio Climático.

• Mapa de tendencia de la precipitación anual frente al Cambio Climático: establece las zonas donde por el incremento de la precipitación anual producida por efectos del Cambio Climático se generarían mayores efectos asociados como deslizamientos e inundaciones fluviales, así como zonas con decrecimiento de precipitación donde dichos efectos disminuirían.

• Mapa de amenaza por sequías y/o desertificación por Cambio Climático: señala las zonas del territorio que, por efectos del Cambio Climático, estarían sujetas a sequías o efectos de desertificación, donde también podrían darse olas de calor e incendios forestales.

Gestión preventiva del riesgo: corresponde con las acciones de prevención que se pueden desarrollar para evitar que un evento de desastre se magnifique y pueda provocar grandes daños en pérdida de vidas e infraestructura.

El ordenamiento y la planificación del territorio son claves para la gestión preventiva del riesgo, en particular si dicha cartografía se desarrolla a escala local para el uso de los gobiernos locales. Esto significa hacer cartografía a escala de 1:25.000 o de mayor detalle, preferentemente a 1:10.000 e ideal a 1:5.000.

El desarrollo de cartografía de amenazas naturales permite identificar las zonas más susceptibles al desarrollo de eventos, por efectos de GeoRiesgos o del Cambio Climático. De esta manera, si los territorios no están urbanizados todavía es posible definirlos como zonas especiales donde se limita el desarrollo urbano y de construcciones o, en su defecto, se establecen condicionamientos técnicos para que las construcciones que se puedan desarrollar de forma limitada cumplan estrictas medidas tecnológicas de prevención, según el tipo de amenaza a que están sujetos.

En el caso de que los territorios de alta y muy alta amenaza que ya estén urbanizados lo que procede es el establecimiento de límites para los nuevos desarrollos urbanos y los planes de renovación urbana, así como el desarrollo de acciones efectivas para el aumento de Resiliencia humana y de infraestructura. Dentro de este ámbito, la estrategia local, impulsada por los gobiernos locales, de educación sobre la gestión del riesgo, el desarrollo de planes de emergencia y la conformación de seguros paramétricos contra desastres son de gran importancia para aumentar la seguridad de las comunidades.

De igual forma, el desarrollo de un fondo especial contra desastres, como el que hemos planteado anteriormente, sería de gran utilidad para países como Costa Rica (ver: http://www.allan-astorga.com/allan-astorga/2021/7/28/ley-de-resiliencia-contra-desastres)
Aprender a convivir con el riesgo: países como Costa Rica, son multirriesgo, no solo por fuentes de amenaza asociados a GeoRiesgos, debido a su fuerte actividad sísmica, tectónica y volcánica, sino también por efectos del Cambio Climático. Ante esto, resulta de gran importancia cultural aprender a convivir con el riesgo y, por tanto, gestionarlo apropiadamente.

Mirar para otro lado o ignorar las fuentes de amenaza y el riesgo que representan no es lo correcto. Todo lo contrario, es indispensable conocer en detalle la fuente de la amenaza, su comportamiento, su potencial, así como la probabilidad de ocurrencia de un desastre. Solo de esta manera podemos ser más resilientes y podremos enfrentar de forma efectiva un evento de desastre. Al respecto, países como Japón que tienen una tradición milenaria en materia de gestión del riesgo tienen mucho que enseñarnos.

Mucho por hacer: delineamos aquí, entonces, los pasos estratégicos a seguir para empezar a desarrollar una eficiente y efectiva gestión preventiva del riesgo. Son muchas las tareas, pero todas son realizables, en particular, con el uso de modernas tecnologías informáticas. Mientras tanto, se hace indispensable cambiar nuestra cultura (y también nuestra Ley Nacional de Emergencias) para que la gestión del riesgo no solo se concentre en la atención del desastre. Tenemos que avanzar mucho más, y trabajar realmente en prevención.

a.astorga.g@gmail.com

Nuestro planeta está cada vez más enfermo y nosotros podemos ayudar a salvarlo

Abril 22, 2023 4:43 am

El 22 de abril del 2023 corresponde con el Dia Mundial de la Tierra.  Es una fecha que debe invitarnos a reflexionar sobre el impacto del ser humano en la vida y el equilibrio de la Ecosfera terrestre. Ese impacto de la humanidad en el planeta es local, ubico y global, además de acumulativo por más de 200 años. De allí que se haya convertido en un serio daño que ha llevado al deterioro de la Ecosfera terrestre y nos lleva a afirmar, sin lugar de dudas, que nuestro planeta Tierra está enfermo y en serio proceso de deterioro.

Por esa razón, tomar al día de la Tierra para repasar la situación y para tomar conciencia sobre lo que debemos hacer para ayudar a nuestro planeta, es una responsabilidad importante.

La Vida de nuestro planeta Tierra: se refiere a la compleja serie de interacciones que se dan entre los organismos que habitamos en la Ecosfera terrestre y su equilibrio. La Ecosfera terrestre corresponde con la interacción dinámica entre la biosfera, la atmósfera y la parte superior de la corteza terrestre. Es una delgada capa de vida y los elementos que sustentan esa vida, cuya parte principal tiene un promedio de 200 metros de grosor.

En los continentes la Ecosfera terrestre se observa cuando miramos el paisaje. Es muy variable según la latitud geográfica y el contexto de ocupación humana. Puede ser una zona montañosa de bosque muy denso, como por ejemplo cuando observamos las selvas densas del Parque Nacional Braulio Carrillo en Costa Rica. Puede ser una zona de potrero en una llanura, o una zona urbana o de desarrollo de actividad agrícola. En otras latitudes puede corresponder con zonas de desiertos, tundras o zonas cubiertas por nieve.

A este respecto debemos destacar que la vida en el planeta Tierra es una joya del Universo. Es única no solo en nuestro sistema solar sino mucho más allá en esta región de la galaxia donde nos encontramos. Esa es la conclusión a que se llega después de décadas de investigación sobre la vida en el Universo cercano (y no tan cercano) realizada por la NASA. Así conforme la NASA avanza en sus investigaciones, cada vez nos queda más claro el enorme valor que tiene la vida en la Ecosfera terrestre.

Y la vida en la Tierra no es cualquier cosa. Es el resultado de su evolución desde su aparición, hace 3.500 millones de años como mínimo. Tiene una compleja y casi milagrosa historia de evolución. Ha sido afectada por al menos seis grandes extinciones masivas de especies que en ocasiones han hecho desaparecer hasta el 90 % de las especies del planeta para luego recuperarse, por medio de nuevas especies, a lo largo de cientos de miles o varios millones de años.

El estado de salud de nuestro planeta Tierra: Los límites planetarios como los signos vitales de un ser vivo, nos indican la situación de salud de la vida de la Ecosfera Terrestre. Representan el resultado de un extenso estudio coordinado por el Profesor Johan Rockström del Instituto Potsdam en Alemania para la Investigación del Impacto Climático, con la participación de un extenso grupo de colaboradores.

Los datos científicos presentados son de una enorme relevancia para todos los seres humanos y, en general, para la vida y el equilibrio de la Ecosfera terrestre. Se han identificado nueve límites planetarios.

El Antropoceno, se denomina a este periodo, el tiempo de poco más de dos siglos en que la humanidad ha generado efectos muy significativos en la Ecosfera terrestre, caracterizada en muchos casos por el desarrollo de un efecto exponencial: crecimiento de población humana y su consumo, quema de combustibles fósiles y aumento de CO2 en la atmósfera, extinción de especies y degradación de biomas, ecosistemas y suelos, entre otros recursos.

Temperatura: este factor es muy importante, tanto para la atmósfera como para los océanos. Está directamente vinculado a la Crisis Climática. Se ha establecido un límite inferior de 350 partes por millón (ppm) de CO2 para entrar en la zona de peligro. Ese límite lo alcanzamos en el año 1988. Ya estamos en 422 ppm. El límite para la zona de riesgo es de 450 ppm que, muy probablemente, se alcanzaría alrededor del 2030. A partir de ese límite, podríamos entrar en un punto de no retorno, respecto a los principales efectos del Cambio Climático.

Biomas: se trata de las grandes biozonas en que se divide la Ecosfera terrestre dado que tienen un clima común, así como flora y fauna. Uno de los biomas más importantes, son los bosques tropicales como el de la Amazonia. Allí, si la estación seca llegara a alcanzar una duración 4 meses, se cambiaría el bioma de bosque tropical por el de la sabana, lo cual sería un desastre para América del Sur. Ya se ha perdido el 20 % de los bosques tropicales de la Amazonía. En el mundo, se ha perdido el 40 % de todos los bosques. Se considera el límite inferior como el 25 %, por lo que ya estamos en la zona de peligro y acercándonos a la zona de riesgo.

Biodiversidad: un millón de los ocho millones de especies conocidas se encuentran en peligro de extinción. Nos encontramos dentro de un periodo de Gran Extinción Masiva de especies. La séptima. En los últimos 50 años acabamos con el 68 % de las poblaciones mundiales de especies silvestres. Los insectos, incluyendo las abejas y otros polinizadores están disminuyendo notablemente, con el agravante de que cerca del 60 % de los productos agrícolas que consumimos requieren de esos polinizadores. Está claro que ya nos encontramos en la zona de peligro.

Agua: el acceso al agua dulce y potable se considera un indicador muy importante. Los estudios muestran que, en la actualidad, cada ser humano consume al día 3 mil litros de agua, 2.500 de los cuales se usan para la producción de alimentos por medio de la agricultura. El estudio valoró todas las cuencas hidrográficas y el abastecimiento de las poblaciones humanas. Se considera que, aunque ya hay lugares del mundo con problemas de acceso al agua, todavía nos encontramos en una zona segura, pero en proceso de deterioro, en particular por el descenso de los reservorios y la contaminación de las aguas, principalmente las subterráneas.

Nutrientes: se vincula al uso de fertilizantes en los suelos y a su acarreo hacia los océanos. Se refleja principalmente por el incremento de nitrógeno y fósforo en los océanos, muchos de los cuales presentan “zonas muertas” con ausencia de organismos, debido la eutroficación (falta de oxígeno). Durante las últimas décadas, con el incremento de la población humana y la presión hacia la producción de alimentos, la contaminación de los mares ha crecido notablemente, habiendo pasado ya, el límite inferior, por lo que nos encontramos en una zona de peligro.

Acidificación de los océanos: en las últimas décadas los océanos del mundo se han hecho 26 % más ácidos. Esto, debido a la contaminación producida desde los continentes. Se trata de un asunto grave, pues muchos de los organismos marinos, desde el plancton hasta los corales, pasando por las conchas de bivalvos, gasterópodos y otras muchas especies tienen exoesqueletos carbonatados que son muy susceptibles a las aguas oceánicas ácidas. En el pasado, la acidificación de los océanos produjo grandes extinciones masivas de especies. Pese a eso, se considera que todavía nos encontramos en una zona segura, aunque el blanqueamiento de las grandes barreras coralinas del mundo nos parece indicar que estamos cerca de entrar en la zona de peligro.

Otros contaminantes: se trata de una serie de nuevas entidades producidas por los seres humanos que producen una fuerte contaminación de los océanos y también de los cuerpos de agua continentales, incluyendo el suelo y los acuíferos. Se incluyen los plásticos, los contaminantes persistentes y los metales pesados, entre otros. Los ríos que salen de las zonas urbanas, principalmente de América Latina, África y Asía, son los principales transportadores de estos contaminantes hacia los océanos. También la gran cantidad de barcos que transitan los mares del planeta, usan éstos como si fueran basureros. Los límites no están cuantificados, por lo que no está claro si estamos todavía en la zona segura o de peligro.

Aerosoles: son partículas, muy pequeñas, sólidas o líquidas suspendidas en un gas como el aire. Pueden ser de origen natural, como las cenizas volcánicas o el polvo del desierto o de tipo antrópico, como el producido por las quemas de vegetación y, principalmente, la quema de combustibles fósiles que aporta el 75 % de los aerosoles que contaminan la atmósfera. Producen un efecto de oscurecimiento y por tanto de enfriamiento de la atmósfera, pudiendo “tapar” hasta el 40 % del calentamiento global, lo cual, lejos de ser positivo, resulta altamente negativo pues evita conocer la situación real. Esta contaminación que afecta principalmente las grandes urbes del planeta es la responsable directa de la muerte de 7,5 millones de personas por año. De allí que, aunque no está cuantificado, para algunos científicos significa que estamos en una zona de peligro.

Ozono: se trata de una capa de la atmósfera superior que funciona como un filtro natural de los rayos ultravioletas que produce el sol. En los años 80 se abrió un agujero que se expandió mucho y alcanzó grandes zonas de la Antártida y del hemisferio sur. Es un muy buen ejemplo de cómo de si es posible revertir los límites con un esfuerzo colectivo de la humanidad. Se pasó de una zona de riesgo a una zona segura.

Estos son los nueve indicadores ambientales clave del planeta. Es posible que existan algunos adicionales, como por ejemplo la degradación de los suelos (desertificación) y la sobreexplotación pesquera de los océanos; no obstante, esos indicadores dan una mucho más clara imagen de la situación de desequilibrio de la Ecosfera terrestre que solamente considerar el tema del Cambio Climático como se hace frecuente y erróneamente.

Tendencia: el mayor problema que hay con los indicadores de equilibrio de la Ecosfera terrestre identificados por el Dr. Rockström y su equipo de colaboradores es que, exceptuando el caso del Ozono, muestran una tendencia de movimiento hacia las zonas de peligro o a las zonas de riesgo. Nos estamos acercando a los límites de no retorno. Esto, acentuado durante al menos los últimos 40 años, desde 1980, aproximadamente.

La situación es grave respecto a la seguridad de la población mundial. Es similar a la situación de la potencial caída de un gran meteorito (de nivel de extinción) en la Tierra. Se señala que, si esa fuera la causa de la crisis, se encenderían todas las alarmas y la humanidad se avocaría a poner todos sus esfuerzos por eliminar ese peligro. Sin embargo, en el caso del desequilibrio ecosférico la situación no se toma así, porque las consecuencias no se ven “tan pronto” y por eso, no se consideran “tan graves”; aunque si es verdaderamente grave y urgente.

Soluciones: coincidimos plenamente con Rockström cuando señala que el principio de solución a este grave problema en que se encuentra nuestra especie humana es un tema prioritario para ser discutido por el Consejo de Seguridad de la Naciones Unidas. Se requiere de decisiones estratégicas que lleven a acciones de carácter vinculante y de alcance global. Decisiones rápidas, eficientes y efectivas.

El objetivo es muy claro, es el de ralentizar el movimiento hacia las zonas de riesgo y empezar a retroceder el avance del deterioro de los diferentes indicadores hacia las zonas seguras. Como se puede ver, no se trata solo del tema de la Crisis Climática sino también todos los otros límites planetarios que se encuentran alterados.

En primer lugar, se requiere una reducción del contenido de CO2 en la atmósfera. Por un lado, con una reducción exponencial de las emisiones por quemado de combustibles fósiles. Por otro, por medio de la captura de CO2 basado en el desarrollo de nuevos bosques, tal y como hemos planteado, referente al desarrollo de 250 millones de hectáreas de nuevos bosques y suelos tropicales (en esta década) que, además, permitirán recuperar, al menos en parte, la biodiversidad. Esta es una tarea fundamental y vital que requiere ser implementada de manera urgente.

Otra solución comprende la disposición de la humanidad de cambiar nuestra alimentación hacia alimentos más naturales, preferentemente aquellos cuya producción sea regenerativa y, además, que no generen contaminación. Los suelos de producción regenerativa capturan hasta 30 veces más CO2 que los suelos convencionales. La agricultura y ganadería regenerativas, además de producir alimentos de mejor calidad ambiental, permiten capturar gases de efecto invernadero, particularmente en las zonas tropicales.

Enfoque local: desde nuestro punto de vista, seguimos señalando que, debido a que el desequilibrio a la Ecosfera terrestre se ha generado de forma puntual, acumulativa y ubicua; la meta de equilibrarla nuevamente debe partir de acciones locales, multiplicativas y globales basada en ordenamiento y planificación estratégica del territorio. En este sentido, la participación activa de los gobiernos locales del mundo y de sus comunidades es vital y sustancial. Sin esta acción local proactiva no será posible alcanzar el objetivo. En este sentido, todos y cada uno de nosotros puede jugar un papel muy importante como ciudadanos activos de un municipio.

Las políticas de orden global son importantes, como por ejemplo el trabajo que se ha realizado y se realiza en el tema de la descarbonización de la economía. También en el desarrollo de mayor cantidad de áreas de conservación en los océanos. Todo eso es importante, pero no es suficiente. Los daños que se han producido en la Ecosfera terrestre han sido puntuales y locales, pero ubicuos y acumulativos por más de 200 años. Por eso, sino no actuamos también de forma local, sería imposible corregir la grave situación actual.

Por último, resulta terriblemente paradójico que, teniendo a nuestro planeta en un estado de salud tan malo, los seres humanos estemos sin poner atención a esos problemas y peor aún, que estemos haciendo enormes inversiones en gastos militares y guerras. Es algo absolutamente incomprensible y vergonzoso. Es como si nuestro planeta fuera un barco dañado con el agua entrando y hundiéndose, y los habitantes del mismo, en vez de ponerse a repararlo y evitar que se hunda, nos pusiéramos a pelar unos con otros y gastáramos el tiempo y los recursos en algo sin sentido. Con el agravante de que, no podemos saltar del barco e irnos a otro sitio.  Pese a eso, lo que luchamos por mejorar nuestro planeta seguiremos adelante.

 

Transición ecológica y climática hacia una Ecosfera terrestre equilibrada

Mayo 2, 2023 4:19 am

muy importante: la transición ecológica y climática. Corresponde con el lapso de tiempo que llevará realizar las correcciones necesarias para ralentizar el Cambio Climático y empezar a equilibrar la Ecosfera terrestre de toda la serie de indicadores ambientales que están alterados.

Cual paciente de hospital, es importante atender a nuestro planeta con los mejores cuidados para estabilizarlo y llevarlo a su curación. No es una mejoraría que se puede dar de la noche a la mañana, pero que, si se realiza con la debida estrategia y de forma multiplicativa, acumulativa, simultánea y ubicua, es posible de alcanzar en un tiempo más bien corto, al menos, para el inicio de la estabilización.

Es una noticia positiva que nuestros jóvenes y niños deben conocer a profundidad. Es decir, que si hay solución, que si hay cura para este nuestro enfermo planeta, desgarrado por las guerras y la contaminación que ha provocado la humanidad y cuyos daños más severos se han dado apenas en los últimos 40 años, convirtiéndonos a muchos de nosotros en testigos directos de toda una catástrofe ambiental.

Situación de emisiones: esta es una tarea estratégica en el camino hacia la descarbonización de la economía y para lograr que el país y todas sus actividades sean carbono neutral y, en todo lo posible, carbono negativo, es decir que la actividad y sus alcances más bien sean capturadoras de carbono y de gases de efecto negativo.

En el caso de un país como Costa Rica algunos podrían afirmar que con el hecho de que alrededor del 98 % de la energía que se genera proviene de fuentes renovables (hidroeléctrica, geotérmica, eólica y solar, principalmente) ya se cumple esa tarea. Sin embargo, se tiene un alto consumo de hidrocarburos.

A modo de referencia, en el 2003 se consumían 12 millones de barriles de derivados del petróleo, mientras que en el 2019 ese consumo se incrementó a 22 millones de barriles, mostrando un incremento de un 83 %.  Esto equivale a la emisión de cerca de 5.2 millones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera por año.

Esta tendencia de aumento de emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero que se produce, se mantiene en incremento dado que el aumento de la cantidad de vehículos que queman hidrocarburos se sigue dando de forma muy sostenida (cerca de 44 mil unidades en el 2022, donde los vehículos eléctricos representan apenas un 6 % del total, aunque con tendencia en aumento). Con la entrada en circulación de los nuevos vehículos e incluso los eléctricos, no se sustituye el mismo número de vehículos de parque automotor.

Los otros vehículos usados que son “sustituidos” por vehículos nuevos, en su gran mayoría siguen circulando, dado que, generalmente se venden a terceros. Con ello se incrementa un gran problema que tiene la Gran Área Metropolitana (GAM) y otras áreas metropolitanas de ciudades intermedias como es la seria arterioesclerosis vial que ya se encuentra en un estado severamente crónico. Algo que contribuye de forma notable a que se contamine y deteriore el aire de las zonas urbanas, con las consecuentes consecuencias en la salud (por alergias y enfermedades en las vías respiratorias) para los habitantes de las mismas.

Otras actividades que producen emisiones: pero no solo el parque automotor es el responsable de emisiones de gases de efecto invernadero. Existen otras muchas fuentes de emisiones que incrementan la cantidad de emisiones de CO2 a la atmósfera. Las mismas se pueden citar de forma general, pues en el país no contamos, todavía, con un Registro Nacional de Huella de Carbono.

Así, por ejemplo, los barcos que arriban a los puertos nacionales o bien, los aviones que usan nuestros aeropuertos son fuentes generadoras de CO2.  La actividad agrícola convencional, aparte de ser fuente de contaminación por el uso de agroquímicos y plaguicidas, también genera emisiones de CO2 por el arado del suelo y las quemas (controladas y no controladas) que se producen, dizque, para facilitar la actividad agrícola.

Para muchos resulta muy molesto y hasta desesperante ver las enormes quemas que se producen en las plantaciones de caña, con el pretexto de facilitar su producción, algo que, además de contaminar seriamente el aire, también produce condiciones de trabajo extremas y peligrosas para los trabajadores que realizan la zafra de la caña. Situación que en este momento se encuentra en manos de la Sala Constitucional esperando que sea resuelta a favor del ambiente.

La actividad turística, la industria y el comercio, salvo algunas excepciones tienen una huella de carbono significativa en la medida que producen emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero. También las oficinas administrativas, el transporte público y en nuestro país, hasta el tren.

Las zonas urbanas de los diferentes cantones del país también producen emisiones de CO2 y de allí que los municipios también tengan una importante responsabilidad en la terea de disminuir emisiones (huella de carbono) y cambiar hacia una situación de carbono negativo.

Otras actividades que producen emisiones son los rellenos sanitarios, incluso aquellos tecnológicamente bien manejados, los condominios, las urbanizaciones, las actividades mineras y empresas que brindan diferentes tipos de servicios.

Ante los argumentos que algunos pueden esbozar en el sentido de que, dado que Costa Rica es un país pequeño y que, comparativamente, respecto a otros países más grandes, las emisiones resultan “insignificantes”, por lo que, entonces, no debería hacerse nada; el argumento no es valedero. Esto, en razón que de que debemos considerar no solo las emisiones netas, sino más bien la perspectiva del efecto acumulativo de esas emisiones y, además, respecto a la responsabilidad ética y moral del país, de mostrar que la lucha contra al Cambio Climático se realiza de forma integral.

No es suficiente que digamos que producimos energía eléctrica renovable y que el área de nuestros bosques se ha “incrementado”. También debemos corregir los problemas muy serios de contaminación que nos afecta.

Transición ecológica y climática – acciones estratégicas: la transición que nos lleve a alcanzar una condición de mayor equilibrio ambiental requiere de una serie de acciones estratégicas.  En primer lugar, se requiere de una Estrategia Nacional sobre el Cambio Climático y el Equilibrio Ecológico, así como un Plan Nacional con acciones de corto, mediano y largo plazo. Plan que, también, requiere ser desarrollado a nivel local por parte de los municipios.

Esta Estrategia Nacional sobre Cambio Climático y el mismo Plan Nacional de Acción Climática deberían ser generados a partir de un proceso de Evaluación Ambiental Estratégica, por medio de un proceso participativo, transparente e informado. No es correcto que sea generado desde una sola fuente institucional.

Se hace indispensable contar con un Registro Nacional de Huella de Carbono y con un sistema nacional de compensación de emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero para el desarrollo de sumideros de carbono que, a su vez, estén ajustados con el desarrollo de nuevos ecosistemas y suelos tropicales, por restauración de terrenos degradados o protección de los ya existentes. Se hace indispensable que sea un sistema ágil, eficiente y efectivo, con muy poca burocracia y basado en un proceso fundamentalmente automatizado.

También, es indispensable instaurar un proceso de transición hacia la producción agrícola y agropecuaria regenerativa, es decir, que promueva la recuperación y restauración de suelos, de sumideros de carbono, sin arado y sin uso de agroquímicos y plaguicidas.

No se trata de sustituir de la noche a la mañana la producción agrícola y agropecuaria convencional.

De lo que se trata es que, por medio de un correcta y efectiva gestión del territorio (ordenamiento ambiental y de planificación) se definan nuevos territorios para esta actividad, y que se estimule su desarrollo tal y como está sucediendo con algunos proyectos piloto que se ya se ejecutan en varios cantones del país por parte de Costa Rica Regenerativa. Al respecto las municipalidades por medio de sus planes de ordenamiento territorial y sus disposiciones locales, así como el Ministerio de Agricultura y Ganadería tienen una tarea estratégica muy importante a corto plazo.

La factura petrolera que tiene el país debe y tiene que ser reducida gradualmente. El paso hacia vehículos eléctricos es un avance, pero se requiere que sea mucho más acelerado. Sobre esto, el bajar los costos de estos vehículos y mejorar la infraestructura necesaria para su operación es un asunto que requiere impulso más sólido.

El parque automotor debe evolucionar hacia un parque eléctrico en el menor plazo posible. Dentro de este marco, resulta importante el uso de combustibles alternativos y sostenibles, como los biocombustibles producidos en el país, así como otras alternativas tecnológicas económicamente asequibles.

Existen otra serie de medidas que se pueden discutir y tomar para ser desarrolladas gradualmente, pero en lo posible de forma acelerada. En este sentido juega un papel clave la Dirección de Cambio Climático del Ministerio del Ambiente y Energía; Dirección que requiere ser reforzada para que asuma un papel fundamental en el proceso de transición. También es vital una Ley Marco sobre Cambio Climático para el país.

Todos los países del mundo deben avanzar hacia el proceso de transición y ajustar sus políticas de desarrollo dentro de este marco. Costa Rica, pese a que tiene un territorio y una población relativamente pequeños, tiene la posibilidad de convertirse en un país líder y ejemplo en el mundo sobre este importante tema que atañe a todo el planeta.

El autor es geólogo ambiental, Doctor en Ciencias Naturales, especialista en evaluación ambiental, ordenamiento y planificación territorial, gestión preventiva del riesgo e hidrogeología ambiental. Es ex catedrático universitario en Sedimentología y Geología ambiental. Es el creador del sistema SALVETERRA®. También es consultor ambiental en gestión ambiental integral: www.allan-astorga.com; con más de 25 años de experiencia nacional e internacional.

a.astorga.g@gmail.com

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