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Balance ambiental de la administración Solís Rivera

Con la finalización de la administración de gobierno de presidente Luis Guillermo Solís, se hace necesario, realizar un balance sobre la gestión ambiental realizada. A modo de síntesis, desafortunadamente para todos los habitantes del país, el resultado no es nada positivo, todo lo contrario, como en el caso de las dos administraciones precedentes, el resultado es similar: un gran desperdicio de tiempo que se traduce en estancamiento y en retroceso. Algo que, desde la perspectiva de la situación ambiental a nivel mundial, resulta un lujo que es absolutamente ilógico e inconsistente para un país que se vende al mundo como un líder en la protección del ambiente. Veamos los resultados:

Debilitamiento de la institucionalidad ambiental: con el inicio de la administración se dió el primer gran fallo que se traduce en la pérdida de credibilidad en la institucionalidad ambiental. Ello en razón de la aprobación, “a golpe de tambor” de la Viabilidad Ambiental a la Terminal de Contenedores de Moín. Y que quede claro, no se trataba, como hemos mencionado reiteradamente, de que no se diera la modernización portuaria en Moín. Lo malo aquí es que se otorgó la aprobación por parte de la Comisión Plenaria de la SETENA, en contra de la misma posición de su Unidad Técnica, en un sitio no apto (con un suelo que no es rocoso), lo cual, a la larga ha significado un atraso de más de un año para la inauguración de la Terminal y con un costo económico muy alto (sobre el que no se sabe mucho y que nadie ha buscado cuantificar).  Con el factor negativo adicional, que es la interrogante de la “vida útil” de la Terminal que debería ser de hasta 50 años. 

Ridículo ambiental: vinculado al tema de esa Terminal, se suma un asunto heredado por esta administración y terminado de complicar. El camino de acceso, la denominada Ruta 257. Contra toda lógica, se ordenó la construcción de esa ruta de acceso, a ras de suelo a fin de facilitar el inicio de la Terminal. Ruta de acceso de 20 metros de ancho que atravesó áreas de humedal, y que rápidamente de consolidó como un camino de ingreso y salida a la Terminal, sin pifia de conexión a la misma. Pero no bastando esto, se desarrolló, por encima de la calle ya existente, un viaducto que termina costando cerca de $ 80 millones y que era totalmente innecesario, pues ya el acceso, ya existía. El principal argumento para la construcción de un viaducto de tal precio: “proteger el humedal”, algo absolutamente ridículo, si  se toma en cuenta que el daño ya estaba hecho.

Frustrada y costosa refinería: Otro tema que también se heredó de la administración anterior, pero que, durante los dos primeros años, se mantuvo, significando un muy serio gasto, fue la tristemente célebre Refinería china en Moín. Muchos viajes se hicieron a China, millones de dólares se han gastado (se estima que cerca de 50) y todo para que al final, se diga que se desista y bueno, como sin “nada hubiera pasado”. Millones de dólares que a todos los costarricenses nos ha tocado pagar y nos tocará pagar aún, por simples decisiones estratégicas (políticas) desacertadas. El denominado lema de campaña "Con Costa Rica no se juega" fue, en materia ambiental, un simple lema y nada más que eso: se siguió jugando con millones de dólares que ahora todos deberemos de pagar. 

Plan GAM: En el tema protección del ambiente, hemos señalado que un país como Costa Rica, requiere, con suma urgencia, acelerar el tema del Ordenamiento Ambiental del Territorio. Es decir, agilizar la existencia de planes reguladores o planes de ordenamiento territorial, cantonales y costeros en todo nuestro país. La administración Solís, en este tema, perdió un tiempo muy valioso y continuó el verdadero desastre que le heredó la administración Chinchilla. Algo que la historia le cobrará por su enorme falta de visión. Primero que todo, la Administración Chinchilla le hereda un Plan GAM 2013, que con el debido tiempo advertimos a Casa Presidencial, que se trataba de un POTGAM “vestido de oveja”, es decir, que era un engaño y que no se trataba de un PRUGAM modernizado. Insistimos que debería anularse el Reglamento publicado en abril del 2014 y volver a la versión original firmado por la Presidente Chinchilla en enero del 2014. Nada funcionó, a pesar de que dimos las pruebas del caso. Finalmente tuvimos que presentar nuestros argumentos a la Sala Constitucional, la cual las acogió y suspendió la aplicación de ese Plan Regional de la GAM, generando así más atraso, en el ordenamiento urbano de la GAM, nuevamente, por falta de visión política. Mientras tanto, la GAM sigue padeciendo de una severa arteriosclerosis vehicular que convierte en una verdadera odisea atravesar la Ciudad, ya no solo en horas pico, sino a todas horas. Se estima que se pierden cerca de $ 1500 millones por año, solo en presas y tiempo “laboral” o familiar, perdido. Cada día entran 150 vehículos nuevos, sin que se incremente las carreteras. Los habitantes de la GAM y de las ciudades intermedias (San Isidro, Ciudad Quesada, Liberia, Limón, Puntarenas, Turrialba), poco a poco, vamos descubriendo que el trasfondo de las presas, es la falta de planificación y la desidia de nuestros gobernantes. Un estudio debería de darnos el dato de cuánto representa en porcentaje del PIB de este costo que todos pagamos, más en estos tiempos que corren.

Planes reguladores: pero el asunto no se queda allí, resulta que la SETENA, entre finales del 2009 y el 2016, rechazó y archivó 80 informes ambientales de planes reguladores de 50 cantones. Eso significa el 76 % de los informes presentados, algo que, si lo hiciera en materia de EIA, habría provocado un desastre en el país, pues lo hubiera paralizado. No obstante, al tratarse de un tema de municipalidades y planes reguladores, parece no haberle importado a casi nadie, sin medir el enorme daño que se le estaba haciendo al desarrollo sostenible del país. Más pérdida de tiempo y falta de visión. Pero hay más, en septiembre del 2015 se publica un Decreto para, dizque, agilizar el trámite de los planes reguladores, pero resultó un nuevo “confite envenenado”.

Dentro del decreto, venía la línea de anular y sustituir el Decreto 32967 – MINAE del año 2006 con el que se dio Viabilidad Ambiental del PRUGAM y a otros 17 cantones, sin que se diera la justificación técnica real de eso. Pero, además, el mismo decreto establecía que el MIVAH (como “rector” a cargo, gracias a que el MINAE no asumió esa responsabilidad), junto con otros ministerios e instituciones, podría ordenarle a la SETENA y el INVU, el orden en que se deberían revisar y “aprobar” los planes reguladores. Y sorpresa, la primera lista comunicada por un oficio, firmado por todos los ministros relacionados, le dice que atienda, con prioridad un grupo importante de planes reguladores realizado por ProDUS UCR que, por casualidad, fueron coordinados por el señor Rosendo Pujol, el mismo flamante ministro del MIVAH.  No vamos a llamar esto "legislar en beneficio propio", pero se trata de algo muy cercano, y sobre lo cual nos deben dar respuesta el Ministerio Público y la Procuraduría de la Ética.

Status quo de desplanificación urbana: pero todo esto, no parece casual. Es claro que esta administración, contrario a la búsqueda de soluciones en el tema ambiental a uno de los mayores problemas que tiene el país, referente al uso del suelo en nuestro territorio, más bien, acentuó el “status quo” vigente desde hace muchos años y que, claramente, beneficia, a una serie de sectores económicos privilegiados. Una prueba irrefutable de ello, fue que el INVU, durante los primeros 18 meses de esta administración, trabajó con una nueva propuesta de reglamentos clave en el tema del uso del suelo, como son: a) Reglamento para el control nacional de fraccionamiento y urbanizaciones y b) Reglamento de Construcciones. Lo sorprendente, fue que prácticamente el mismo día en que dichos reglamentos son puestos en consulta pública, sale de Casa Presidencial, un correo electrónico, ordenando que se saquen de consulta, y así, un esfuerzo de casi año y medio, por mejorar y modernizar esos reglamentos fundamentales, son sacados de circulación y enviados al olvido. Hoy, al final de la administración, seguimos igual, el “status quo” se mantiene, y la desplanificación urbana sigue agravándose. Para un Gobierno de supuesta "Acción Ciudadana", no cabe duda que la se percibe misma opacidad de las administraciones 2006-2010 y 2010-2014.

Sin planificación estratégica: en materia de Evaluación Ambiental Estratégica (EAE) y Planificación Estratégica, durante varias misivas al Ministro de Ambiente Edgar Gutierrez, le solicitamos, que emitiera el reglamento que normara la EAE, a fin de que las políticas, planes y programas, más estratégicos del país, se pudieran realizar por ese instrumento que tiene como base, los principios de Transparencia, Participación e Información. Fuimos ignorados, y sobre esa base se generaron nuevos planes y políticas como las que versan sobre Energía, Humedales, Reciclado y otras muchas, proyectadas al 2030, pero sin cumplir con las reglas básicas que establecen los estándares internacionales modernos. Más pérdida de tiempo y recursos, que no muestran otra cosa que una miope visión política en materia ambiental. Finalmente, tuvimos que recurrir a la Contraloría General de la República, la cual le ordenó al Poder Ejecutivo que normara la EAE para políticas, planes y programas y la pusiera en práctica para este año 2018. Esperamos, sinceramente, que la nueva administración trabaje en esa línea y desarrolle de verdad, una Planificación Estratégica del país, con un mejor sentido de transparencia, participación e información.

Áreas Silvestres des-Protegidas: en tema de áreas silvestres protegidas, la Administración Solís Rivera, no puede ser calificada como positiva, todo lo contrario, más bien ha representado una muy seria amenaza. Aunque en materia de explotación geotérmica en parques nacionales, estableció una moratoria hasta el año 2021, en la práctica, el mismo partido de gobierno (PAC) y el mismo gobierno, actuaron en una dirección diferente. Se propusieron ante la Asamblea de Legislativa una serie de proyectos de ley y decretos ejecutivos, muy peligrosos a) ley para extraer energía geotérmica en tres parques nacionales de Guanacaste, (Expediente 19.233) b) ley para modificar la ley de caminos públicos (Expediente 19.899), para permitir hacer carreteras atravesando áreas silvestres protegidas, so pretexto de que allí es más fácil, ya que “no hay que expropiar terrenos”, c) ley que promueve la extracción de recursos hídricos de las áreas protegidas (Expediente 20.447) y, d) el decreto para construir carreteras atravesando humedales (Decreto Ejecutivo 39838 –MINAE) . Decreto que, nuevamente tuvimos que impugnar ante la Sala Constitucional, pues resultaría altamente dañino a los sistemas de humedal que son altamente valiosos ecológicamente y que, durante los últimos 40 años, se han reducido en un 40 % en todo el mundo. Nueva muestra de falta de visión ambiental. Así luchamos contra el Cambio Climático, sacrificando ecosistemas.

A esto se suma el hecho de que los Parques Nacionales y, en general, las áreas silvestres protegidas, se han descuidado. Se ha aumentado la burocracia y se ha disminuido el personal de campo (guardaparques). Las áreas silvestres, son afectadas por incendios forestales, cacería ilegal, extracción minera ilegal (como en Osa) y hasta por las actividades del narcotráfico. Se tuvo que presentar un Recurso de Amparo ante la Sala Constitucional para que esta entidad le ordenara al Estado, que le diera más recursos al SINAC para proteger las áreas silvestres protegidas. Áreas silvestres, cuya biodiversidad y belleza paisajística es lo que sostiene una de las principales fuentes de ingresos al país, por turismo y ecoturismo. Nuevamente, se nota contradicción, pues, aunque se trabaja porque más turistas nos visiten, por otro, dañamos la razón principal por la que vienen al país.

Nuestros mares sobrexplotados: en el tema de nuestro mar Patrimonial y los recursos marinos, la administración Solís, resulta sumamente decepcionante y  a todas luces retrógrada. Hay muchos temas en que el gobierno nos ha fallado y las ONG que trabajan en el tema de la protección de la vida marina, nos lo han señalado reiteradamente. Se ha seguido expoliando el recurso pesquero del país, particularmente con la explotación del Atún Aleta amarilla (por cada tonelada explotada, el país solo obtiene el equivalente a $ 60). Algo, absolutamente inconsistente e incoherente, en particular, si notamos que nuestros mares han sido sobreexplotados durante los últimos 10 años (¡que caro nos ha costado el Estadio Nacional!). Pero todavía hay más, de forma irresponsable, se ha promovido la exportación de las aletas de tiburón, promoviendo así, su captura y tortura, en un país que le da la cara al mundo, como un “gran protector del ambiente”.  Queda señalar, en este tema, el hecho de que la administración, de forma insistente, promovió por varios proyectos de ley, la Pesca de Arrastre del Camarón, algo que se sabe que devasta la vida de los nuestros mares. Como colorario, la administración hereda la búsqueda de soluciones sostenibles a la población de pescadores artesanales que requieren alternativas reales de trabajo, en donde ellos se conviertan en verdaderos protectores de nuestros mares. Al respecto, hemos señalado la importancia de buscar soluciones duraderas, como, por ejemplo, la creación de un Bono accionario Pro Pesca sustentable, solo para empezar a trabajar en soluciones al tema marino de nuestro país.

SETENA y EIA: en este tema, lejos de avanzar, el país ha mostrado un enorme retroceso. En febrero del 2018, la administración puso en consulta la propuesta de un “nuevo” Reglamento de Evaluación, Control y Seguimiento Ambiental. Con el pretexto de “remozar” a la SETENA (además de cambiarla al viejo edificio de RECOPE), se sustituiría por completo el Modelo de Evaluación de Impacto Ambiental vigente, desde el año 2004, por un regresivo y altamente permiso instrumento que, volvía a instaurar los “inconstitucionales” umbrales y que es altamente favorable a los intereses de la Cámara Costarricense de la Construcción, dado que propone disminuir de 3 mil expedientes promedio anuales que tramita la SETENA a menos de mil. Algo que además de desproteger el ambiente, también crea desempleo entre muchos profesionales jóvenes que se desenvuelven como consultores ambientales. Pero el asunto no solo terminaba allí, contrario a los estándares internacionales, eliminaba la Evaluación Ambiental Inicial, la cual es clave para determinar si un proyecto puede ser potencialmente viable o no. Con ello, eliminaba la figura de la “Viabilidad Ambiental Potencial”, la cual resulta clave para promover un proyecto tan importante como el Tren Rápido de Pasajeros (TRP) u otras obras clave para el país, como la ampliación de la Ruta 27 o el mismo nuevo aeropuerto en Orotina. Así de mal estamos, retrocediendo en todo lo que tiene que ver con protección ambiental y desarrollo sustentable.

Minería: en el tema minero, vale señalar una mención especial, pues tanto la Dirección de Geología y Minas, como el mismo Ministro de Ambiente y Energía, emitieron unas resoluciones que resultan históricas y dignas de enmarcar, como algo absolutamente retrógrado e ilógico. Esto, en materia de la explotación minera en playas y en el subsuelo marino, pues, según sus argumentaciones, el Código de Minería, no les permite actuar si alguien hace minería ilegal en las playas y el subsuelo marino. Por eso, señalamos que, con esa ilógica e inconsistente posición, Costa Rica, se estaba convirtiendo en el “Paraiso de las islas artificiales” algo que no resulta, para nada motivo de orgullo, sino de vergüenza nacional.

Crucitas: tampoco podemos dejar de lado el desastre en que se ha convertido el tema Crucitas. Muchos responsabilizan a los ambientalistas que nos opusimos al trámite “ilegalmente orquestado” por la empresa y los políticos y técnicos de la administración Arias Sanchez que, desembocó en la anulación de todo lo actuado y que, todavía ahora, está a las puertas de un nuevo juicio. Pero una cosa es esa, y otra es que se permita el ingreso ilegal de miles de coligalleros nicaragüenses que cargan consigo el Mercurio que mata, no solo a su propia salud, sino al mismo Río San Juan, donde al final van a dar las aguas y suelos contaminados. Urge hacer algo serio, pues se trata de un problema cada vez más grave que tarde o temprano, nos va a explotar como un serio conflicto diplomático.

Piña: al igual que en las administraciones precedentes, la expansión piñera se siguió dando con gran rapidez, catalizado por el tratado de libre comercio con China. La justificación es que da “mucho” empleo, cuando en la práctica se dan dos empleos por hectárea, sin que eso justifique para nada, el enorme y costoso daño ambiental que produce, en particular, por el complicado paquete tecnológico que utiliza de agroquímicos y pesticidas. Dejamos claro que no se trata de que se elimine el cultivo de piña en el país, pero creemos que Costa Rica merece algo mejor, con una producción de piña más ecológica, que no contamine los acuíferos ni los suelos, ni tampoco sacrifique los bosques y humedales de nuestro territorio. El pronunciamiento del Consejo Universitario de la UCR de diciembre del 2008 exigiendo una moratoria nacional para nuevas plantaciones de piña retumba, a casi 10 años de su elaboración, como una clara advertencia desoída por autoridades del MAG y del MINAE empecinadas en favorecer el crecimiento de este dañino monocultivo. Los reportajes en países europeos sobre los daños provocados por la piña costarricense cada vez van creando mayor conciencia en el consumidor europeo, y posiblemente el consumidor chino empiece de igual forma en algún momento a hacerse algunas preguntas.

Aguas y sus conflictos: otro ejemplo de la enorme inoperancia que ha tenido la administración Solís Rivera. Además de que, finalmente no se pudo aprobar una nueva Ley de Recursos Hídricos, propuesta por iniciativa popular, lo más grave, es que, en el tema de gestión de recursos hídricos, lejos de avanzar, retrocedimos mucho, por todo el tiempo perdido. Insistimos, desde el principio, de la urgencia de gestar mejor las aguas subterráneas, por medio de un reglamento que la Sala Constitucional ordenó que se elaborara desde el año 2004. Contrario a eso, se han recuperado las mismas acciones de imposición de medidas como el caso de Sardinal y, además, se ha dejado que el problema de SENARA y su matriz genérica, se convierta en una muy grave amenaza al desarrollo del país. El agua, especialmente la subterránea, merece ser cuidada y protegida como un recurso estratégico, pero con un criterio lógico y racional y no, por medio de costosas medidas que, al final, no implican su protección, sino un aumento muy honeroso de la ya compleja tramitomanía. Así, ahora más rápido que antes, nos seguimos hundiendo en el subdesarrollo.

Energía: se elaboró un Plan Nacional de Energía, con un horizonte al 2030, pero no, bajo un marco de Evaluación Ambiental Estratégica, es decir, sin carácter vinculante. El Plan plantea algunos aspectos positivos, dentro de cuyo contexto, se puede recalcar la aprobación de la Ley que permitiría introducir vehículos eléctricos al parque automotor del país. No obstante, no plantea soluciones transicionales, al tema a elevada la factura petrolera del país y a la necesidad imperante de buscar soluciones intermedias y graduales para su reducción (biocombustibles, aprovechamiento de potencial de gas natural por el país, para producción de energía firme). Por otro lado, sigue sin resolverse el tema de la competitividad del sector industrial que reclama por menores precios para la industria, algo que, también, debería pasar por una revisión de la matriz energética, pero en el marco de una correcta EAE.

Gestión Preventiva del Riesgo: nuestro país no solo se enfrenta a las fuentes de riesgo geológico (terremotos, actividad volcánica, deslizamientos, avalanchas, inundaciones, fallas geológicas activas, tsunamis en zonas costeras), sino también, a los efectos del Cambio Climático (desertificación, sequías, lluvias intensas, marejadas, deslaves y deslizamientos, entre otros).  Fuimos afectados por el Huracán Otto y la Tormenta Nate y, a pesar de las pérdidas de vidas y bienes materiales, aprendimos muy poco. Seguimos en una acción reactiva y no en la posición correcta, que es la acción preventiva. En esto, estamos estancados. Es urgente hacer Ordenamiento Ambiental del Territorio y trabajar en la Gestión preventiva del Riesgo y en el tema de los Seguros contra Desastres, cuyo costo, cada vez es más elevado y nos sumerge en una vorágine de gastos que nos hace retroceder en materia de desarrollo socioeconómico. Nos urge trabajar en ciudades e infraestructura resiliente a las diversas fuentes de desastres.

Síntesis: el resumen de la gestión en materia ambiental es claro: se ha perdido tiempo muy valioso. El sacrificio ambiental se ha incrementado y la protección del ambiente se ha debilitado notablemente. A pesar que se han hecho algunas pocas cosas buenas, las mismas quedas aplastadas por el peso de todas las otras cosas negativas que se hicieron o, por las cosas que pudieron hacerse y que se dejaron de lado. En medio de tanto viaje internacional, y poco viaje por la realidad de nuestro país, nuestras autoridades ambientales han cumplido muy bien ese refrán popular que reza: “candil en la calle y oscuridad en la casa”. Lo grave de todo esto, es que nuestro medio ambiente ya no aguanta más, el sacrificio ambiental inducido por las decisiones desacertadas y la severa disminución de la capacidad de resiliencia de nuestros ecosistemas, pronto nos cobrará la factura, que se traduce en pérdida de biodiversidad y, a su vez, en pérdida del atractivo turístico de nuestro país. Algo que nos hará mucho daño en el futuro.

Por todo eso, es que requerimos que las nuevas autoridades, asuman la responsabilidad de realizar el verdadero cambio que esperábamos que sucediera hace cuatro años y que, finalmente no se realizó. Nuestro país, merece y requiere, que avancemos, no que retrocedamos. 

Municipalidades y responsabilidades socioambientales

La Constitución Política señala que los gobiernos locales tienen autonomía para tomar decisiones en su territorio. El Código Municipal establece el marco con el que las municipalidades deben gestionar las acciones de administración de ese territorio. Este marco legal representa la “caja de herramientas” para la gestión municipal. Pero esas no son las únicas herramientas, pues se tiene que dar cumplimiento al marco legal nacional, incluidos los preceptos constitucionales.

Uso de suelo (o de la tierra): es uno de las principales funciones de las municipales, así como los permisos de construcción. Es muy importante, dado que define el desarrollo socioeconómico del cantón. Se sigue la lógica de que a mayor cantidad de construcciones, mayor desarrollo tendrá el gobierno local, sin valorar la situación de colapso de un cantón debido a un número elevado de construcciones (en particular en territorios pequeños). Como construcciones se incluyen: casas, desarrollos industriales o agroindustriales, obras de infraestructura y de desarrollo urbano en general.

Es comprensible que en un cantón o distrito se desee desarrollo constructivo y productivo.  No obstante, el alcance del gobierno local no se puede limitar únicamente a aumentar el número de construcciones.  La responsabilidad es más integral y tiene ver con el hecho de que las zonas donde se van a dar sean espacios geográficos seguros y aptos para albergar esas actividades.  Esto es muy importante, dado que también el gobierno local tiene responsabilidad en materia de la protección del ambiente, de los recursos naturales y, en particular, de la vida de sus habitantes. Algo que en momentos en que la humanidad, a modo global, ha alcanzado el limite crítico de la resiliencia de los ecosistemas y, todavía, continúa con un fuerte sacrificio ambiental de la Ecosfera (ver: www.allan-astorga.com), resulta imperativo de tomar en cuenta.

Zonas Especiales: las zonas que no son seguras o que tienen limitaciones importantes para su uso, están definidas como Zonas Especiales por la Ley de Planificación Urbana en su artículo 25 que dice:  “figurarán como zonas especiales, las que soporten alguna reserva en cuanto a su uso y desarrollo, como en el caso de los aeropuertos, los sitios con importancia histórica o los recursos naturales conservables y las áreas demarcadas como inundables, peligrosas o necesarias al propósito de contener el crecimiento urbano periférico”.

El territorio de un cantón o distrito debería tener, como mínimo, una identificación de esas zonas especiales. De esta manera tendría una base técnica para definir usos del suelo y, dado el caso, permisos de construcción. Dada la naturaleza de esas zonas especiales, estas se podrían definir incluso sin tener que esperar a contar con un plan regulador aprobado. El Transitorio II de la Ley de Planificación Urbana y la jurisprudencia constitucional dan el fundamento para que los gobiernos locales, que cuenten con los estudios técnicos, promulguen ordenanzas municipales que permitan mejorar la base con que se establecen los usos del suelo en sus territorios.

Ordenanzas municipales: hemos señalado (ver: www.allan-astorga.com) que al menos 50 municipios cuentan, de forma parcial o total, con una zonificación ambiental por Índice de Fragilidad Ambiental (IFA) o al menos de IFA por amenazas naturales, a una escala apropiada, que permitirían establecer ordenanzas municipales en diversos temas.

Esto es importante para aquellos cantones o distritos que no disponen de Plan Regulador sin la variable ambiental integrada. Las ordenanzas municipales tendrían vigor de ley en el territorio jurisdiccional y determinarían los alcances del uso del suelo que otorgaría la Municipalidad. Como tal, la Ordenanza Municipal debe ser debidamente aprobada por el Concejo y debería estar sujeta, de previo, a un proceso de consulta, via el procedimiento de la evaluación ambiental estratégica (EAE) local o a una audiencia pública.

Los temas de las ordenanzas municipales pueden ser diversos, según la situación de realidad de cada territorio, al incluir: amenazas naturales y gestión del riesgo, gestión de los recursos hídricos superficiales y subterráneos, protección de biotopos, contención urbana, construcción vertical y sus límites de altura, conservación de suelos y gestión del paisaje, entre otros.

Ordenanzas y planes reguladores: como es bien sabido, el tiempo que puede llevar la oficialización de un plan regulador puede ser de años, incluso, décadas.  Con el agravante de que, en ausencia de un plan regulador, lo que aplican son dos reglamentos del INVU: a) Control Nacional de Fraccionamiento y Urbanizaciones, y b) Construcciones, los cuales, aunque en un 95% son útiles desde el punto de vista técnico, en un 5  son altamente permisivos desde el punto de vista ambiental. Al ser ese 5% de la normativa urbana inapropiado y obsoleto, representa una de las principales fuentes de los problemas ambientales que tiene nuestro país, caracterizado por la desplanificación urbana y territorial.

Esos reglamentos del INVU, elaborados en los años ochenta, contradicen la legislación ambiental desarrollada en el país después del año 1995. Por eso, los gobiernos locales, que disponen de zonificación ambiental y/o de amenazas naturales debidamente realizadas, tienen la responsabilidad de actuar en procura de acelerar el desarrollo sustentable de sus territorios jurisdiccionales.

Dentro de esos 50 cantones, se encuentran los 31 cantones de la Gran Área Metropolitana (GAM), para los cuales se emitió, desde el 2012, la Directriz 35–MIVAH–PLAN, aún vigente, que señala: “en toda política, plan, programa o proyecto relacionado con materia de ordenamiento territorial y desarrollo urbano del Gran Área Metropolitana se deben tomar en consideración como insumos los productos generados por el ‘Proyecto de Planificación Urbana Regional de la Gran Área Metropolitana de Costa Rica (PRUGAM)’, que se encuentran disponibles en el siguiente sitio electrónico: http://www.mivah.go.cr/PRUGAM_Productos.shtml”.

Fuera de la GAM, hay otros cantones que tienen zonificación de amenazas naturales cuya información, a una escala apropiada, se encuentra en la CNE. Además, hay otros municipios con los IFA aprobados, por lo que sí es posible avanzar.

Lo único que se ocupa es tomar conciencia de las posibilidades que cada gobierno local tiene no solo para su desarrollo económico, si no también, sobre todo, para un desarrollo sustentable: a mediano y largo plazo, esto último es el que los volverá mucho más atractivos para la inversión.

Poder ciudadano: el caso Sardinal

Hemos señalado e insistido de forma reiterada en la importancia que tiene el hecho de que la Decisión Estratégica se fundamente en una acertada, objetivamente elaborada y bien sustentada Información Técnica y en un correcto diálogo social.

Empero esa decisión estratégica no puede, ni debe, ser tomada solo por un círculo de técnicos y, menos, por un grupo de políticos con cargos como funcionarios públicos.  La transparencia, la información y la participación deben ser la guía que lleve a tomar la decisión estratégica, ya sea de ámbito local, regional o nacional.

Poder Ciudadano: los ciudadanos, entendidos estos como los vecinos potencialmente afectados, las comunidades y la población en general, manifestada en todos sus diferentes sectores (de izquierda a derecha y de abajo para arriba), deben tener un papel protagónico en la toma de decisiones estratégicas. Y no todo lo contrario, es decir, como simples espectadores de la toma de decisiones desacertadas para posteriormente sufrir los efectos directos de las mismas con sacrificio ambiental y pagando el costo económico de las mismas.

Siguiendo un adagio popular que dice que el que "paga la música manda la fiesta", vemos que quien en realidad debe mandar es lo que vamos a llamar el Poder Ciudadano (PC).

Y ese PC no solo puede ser ejercido durante las elecciones. Eso ya no es realista por tres razones clave: 1. Considerando la abstención y el cada vez más creciente multipartidismo, el candidato del partido que se elija no representa más de 25% de la ciudadanía, o sea una minoría, lo cual es contradictorio con el criterio de una representación en democracia. 2. El candidato que se elige no necesariamente representa lo que quiere la ciudadanía que lo eligió, y menos el balance del 100% de la ciudadanía total, con lo cual ya entramos en contradicción directa respecto a las decisiones estratégicas que deben y tienen que tomarse, sin postergaciones. 3. La participación ciudadana no se limita solo a ejercer el voto. La legislación establece que los ciudadanos pueden y deben participar de forma activa en la toma de decisiones. Pero que se entienda no en un formato del tipo "operación embarre" (con talleres informativos, con encuestas o recolección de firmas), sino con instrumentos más proactivos y efectivos, como por ejemplo: la Evaluación Ambiental Estratégica (EAE).

Como hemos explicado ampliamente (ver: www.allan-astorga.com) la EAE es un instrumento de participación ciudadana muy ágil y efectivo. Los representantes de los diferentes sectores interesados (comunidades, ambientalistas, empresarios, académicos e institucionales, entre otros) se reúnen en una "mesa de diálogo", cumpliendo una serie de pasos metodológicos para sustentar una decisión estratégica (Política, Plan o Programa) para el país. La decisión puede generar lineamientos (como en el reciente caso de la Mesa de Diálogo sobre el régimen de pensiones de la CCSS y de salvaguardas que establecen el marco en que se puede hacer posible la acción planteada.

La EAE, como hemos dicho también, da transparencia y agiliza las acciones a ejecutar. Bien hecho hasta simplifica la tramitomanía de muchos proyectos. La EAE es diferente a la EIA (Evaluación de Impacto Ambiental), porque se complementa la planificación estratégica en un contexto socioambiental general.

La EAE no es un "invento" nuevo. Se aplica con éxito en muchos países, aunque, a veces, con nombres diferentes. Suiza es un buen ejemplo de cómo el PC con visión de país es el que realmente toma las decisiones estratégicas para el desarrollo sustentable de la nación.

No toda PPP estaría sujeta a una EAE, pero si las más importantes. El mismo PC debería establecer la priorización.

Según nuestra reglamentación vigente, la EAE no solo se aplica a nivel nacional, se puede aplicar también a nivel regional (cuenca hidrográfica conformada por varios municipios) o a nivel cantonal o distrital (gobierno local).  El objetivo es siempre el mismo: la participación ciudadana en las decisiones estratégicas.

Sardinal: este caso es un buen ejemplo de cómo se hacen mal las cosas. Su experiencia es para escribir un libro, para no repetir los errores cometidos. Se trata de una comunidad (Sardinal) que se opone a una decisión estratégica que consiste en extraer agua del Acuífero de Sardinal para abastecer proyectos inmobiliarios y hoteleros desarrollados en las playas del Coco y Panamá. Proyectos impulsados sin una correcta planificación estratégica, sino en medio de una burbuja inmobiliaria anterior al año 2008. 

Ahora, casi 10 años después, y sin que todavía se cuente con la base técnica suficiente para definir una política de manejo del agua del Acuífero Sardinal, se han reiniciado las obras que corresponden a ese proyecto. Algo a lo que, lejos de resolver el problema, lo exacerba.

Los estudios técnicos realizados por el mismo MINAE y sus instituciones sobre las proyecciones de los efectos del Cambio Climático en el país, señalan claramente que el Pacífico Norte de Costa Rica es una de las zonas más vulnerables a los efectos de la Variabilidad Climática, principalmente con problemas de sequías extensas y las consecuencias de ello, como lo es, una reducción del reservorio de los acuíferos.

Visto en esta perspectiva, es claro que la Comunidad de Sardinal tiene el legítimo derecho a exigir que las decisiones estratégicas sobre el Acuífero del cual obtienen el agua dispongan de estudios técnicos completos y actualizados que incluyan, además, la componente de la Vulnerabilidad al Cambio Climático con una proyección de al menos 15 años.  Considerar que la simple medición de cambios en el nivel de aguas subterráneas de los pozos para un periodo de pocos años es suficiente para establecer de forma “unilateral” una decisión estratégica, como la de trasvasar 70 litros de agua por segundo hacia Playas del Coco y Panamá, no es suficiente. Máxime que no se hace bajo un marco de efectiva PC, algo que resulta paradójico en un gobierno cuyo partido ha levantado como bandera de lucha la “acción ciudadana”.

Soluciones: el caso de la Mesa de Diálogo del régimen de pensiones es, como hemos comentado, algo muy positivo, en medio de tantas malas noticias que recibimos a diario. Es un ejemplo de que las soluciones a la gran mayoría de los problemas de nuestro país deben surgir de un diálogo transparente entre todos los sectores de la sociedad, siguiendo reglas básicas de EAE.

Ya la Contraloría General de la República le ha ordenado al Poder Ejecutivo que reglamente, por fin, después de 13 años, el procedimiento para realizar la EAE para las políticas, planes y programas. La legislación vigente señala que la misma se puede aplicar tanto a nivel local, como regional y hasta nacional.

Esto no se debe ver como una complicación, todo lo contrario, se debe ver como una “luz al final del túnel” en la medida de que es la posibilidad de que el PC, por la vía del diálogo abierto, transparente, informado, participativo y, sobretodo, realista, el que proponga las soluciones concretas a nuestros problemas. Soluciones basadas en un sólido y objetivo criterio técnico.

Este proceso de EAE es la solución lógica y racional. No se requieren líderes salvadores o dictadores impositivos, lo único que se requiere es de un marco político que abra los espacios para que sea el PC el que plantee las soluciones a los grandes problemas nacionales. El caso específico de la valiente comunidad de Sardinal debería ser el primero en resolverse por esa vía, y no por la de la imposición, que tanto daño le hace a nuestra sociedad.

Piña vs agua: El costo del sacrificio ambiental

Ante un reciente reportaje del Programa “7Días” sobre pros y contras del cultivo de piña intensiva en Costa Rica, y dadas las imprecisiones allí manifestadas, se hace necesario hacer algunas aclaraciones.

Efectivamente, los cultivos intensivos de piña producen una serie de impactos ambientales. Entre ellos se cita la afectación de áreas de protección cauces, la corta de árboles, el incremento exponencial del factor erosión de los suelos, el aporte de sedimentos a los ríos y un serio impacto en el paisaje.

Pero esos impactos no son los principales, el más importante y de verdadero efecto negativo se refiere a la afectación de las aguas subterráneas o los acuíferos. En efecto, la Piña “Sweet Gold” o MD2 requiere de una gran cantidad de sustancias químicas que se infiltran en el suelo (Nota 1).

Para comprender bien esto hay que saber que en nuestro país hay muchos acuíferos. Posiblemente se trata de uno de los recursos naturales más importantes que tenemos. Pero, además, es un recurso estratégico, porque las aguas subterráneas aportan un porcentaje muy alto del agua para el consumo humano (cerca del 70 %).

Lo otro que hay que comprender es que los acuíferos son vulnerables a la contaminación. Contaminación que proviene de las actividades que se dan en la superficie. Una de ellas es la agricultura y en particular la agroindustria como el cultivo intensivo de la piña.

El problema que existe con la piña agroindustrial o su cultivo intensivo no es que se siembre o no, sino el “paquete tecnológico” que utiliza para la producción. Revisando ese paquete tecnológico propuesto por la misma empresa Pindeco en el estudio de impacto ambiental (EIA) de la controvertida piñera en Osa, muestra que el 80% de los agroquímicos que utiliza son tóxicos y contaminantes al suelo y las aguas (superficiales y subterráneas).

El problema es que esos agroquímicos se aplican durante toda la “vida útil” de la piñera, que puede ser muchas décadas. Este hecho produce un efecto ambiental acumulativo que se traduce en contaminación y daño ambiental a los acuíferos.

En el caso de la piñera en Osa, el mismo estudio hidrogeológico presentado como parte del EIA a la SETENA señala que sí se va dar contaminación al acuífero. Y, además, señala que se producirá una pluma de contaminación de 4.000 metros de ancho y 1.500 metros de longitud, moviéndose hacia el Humedal Térraba Sierpe, con el cual el Acuífero tiene conexión hidráulica, es decir, que tarde temprano la contaminación podría llegar al Humedal.

A los empresarios de la piña, a las cámaras y a la misma gente del MAG, para defender la actividad, les gusta a menudo usar números. Dicen que produce empleo (se estima que dos trabajadores por hectárea) e importantes ingresos por exportaciones, así como el pago de impuestos. Así, suena como un muy “buen negocio”. No obstante, cuando se les cuestiona sobre el Índice de Desarrollo Humano Cantonal (IDH) en los cantones piñeros, ahí, los señores empresarios se muestran más evasivos: son los cantones con el menor IDH comparados con cantones sin piña.

Pero también, desde el punto de vista ambiental, se pueden hacer números. La pregunta sería cuál es el costo aproximado del potencial daño ambiental a un acuífero. A modo de ejemplo, en el caso de la piñera en Osa, considerando el mismo estudio hidrogeológico aportado por la empresa, y usando un espesor de 30 metros para el acuífero y un 25 % de porosidad, nos damos cuenta que el volumen de agua que se contaminaría sería de 45 millones de metros cúbicos. Si estimamos el costo de depuración de esa agua subterránea contaminada (aproximadamente $500 / m3), sería de algo más de $20.000 millones.

Como se puede ver el costo beneficio socioeconómico no está bien hecho (aunque lo haga una entidad muy cercana al gremio empresarial como el INCAE), si no considera el tema del costo ambiental. No estamos muy seguros que el INCAE incorpore en sus programas a especialistas en gestión y evaluación ambiental, por lo que su estudio sobre la piña puede adolecer de algunos importantes vacíos. 

Visto desde un enfoque mucho más integral, el negocio no parece ser tan bueno para el país, pues los beneficios socioeconómicos que se obtienen se hacen a costa de un grave sacrificio ambiental. Uno más, que se suma a otros muchos sacrificios ambientales que se originan cuando las decisiones políticas se imponen a las decisiones técnicas y científicas. Por lo visto, muchos de nuestros políticos ignoran, cuando toman decisiones, lo que dice el artículo 16 de la Ley General de Administración Pública, que señala que se debe cumplir con principios de lógica, ciencia y técnica.

Vías de solución: nuevamente, no se trata de que no se haga nada, sino que las actividades productivas se realicen cumpliendo el Principio de Sustentabilidad Ambiental (ver: www.allan-astorga.com). En el caso de la piña, hay dos alternativas: la primera que la producción de la fruta modifique el paquete tecnológico para producir una piña más ecológica que realmente represente la “marca país”. La otra solución es que, con criterios de ordenamiento ambiental territorial (ver Decreto Ejecutivo No. 32967 – MINAE), se localicen terrenos realmente aptos para el cultivo de piña intensiva, y se descarten otros donde el impacto sería mayor. A la fecha no se cuenta con alguna clasificación ambiental de suelos, por lo que la piña se extiende por doquier de manera totalmente irresponsable, sin dar un cumplimiento efectivo a la Ley de Uso, Manejo y Conservación de Suelos.

Esto último es posible, pero debe cambiarse el paradigma de comprar primero las fincas, para luego hacer los estudios técnicos y solicitar la Viabilidad Ambiental, algo que nos afecta a todos: empresarios, instituciones, ciudadanos y, en particular, a nuestra Naturaleza, el ambiente y sus cada vez más limitados recursos naturales, como el agua.

Además, dado que el tema de la vulnerabilidad acuífera del terreno es el factor clave, y dado que tanto la Sala Constitucional, como el mismo Tribunal Contencioso Administrativo han recalcado la importancia de aplicar la Matriz del SENARA, como criterio para decidir el uso del suelo y la intensidad de ese uso, se hace indispensable que tanto las nuevas plantaciones que se planteen, como las ya existentes, deban revisar la condición de vulnerabilidad de los fincas donde se ubiquen a fin de que establezcan medidas correctivas, preventivas y dado el caso, compensatorias.

En el 2011 tuvimos la oportunidad de plantear al siempre Director de Aguas del MINAE las siguientes preguntas, sin respuestas a la fecha:

“¿Podría tal vez don José Miguel explicarnos, por ejemplo, qué ha hecho su Ministerio, para, en coordinación con el MAG y el Senara, evitar que se repita el desastre ocurrido con los acuíferos en el Cairo y Milano de Siquirres debido a la contaminación de plaguicidas por las plantaciones de piña alertada desde el 2005 por la UNA y confirmada en julio del 2007 por el Ministerio de Salud? ¿Dónde consta algún protocolo MAG/Minae/AyA/Senara al respecto para evitar, a modo preventivo, que se repita esta tragedia en otras partes del país? ” (Nota 2). 

Este tema debería ser tomado en cuenta por los mismos importadores, pues es clave para certificar cuál es el costo ambiental de la piña que están comprando. En Costa Rica es posible producir piña ambiental y socialmente sustentable, solo se ocupa anteponer la ciencia y la técnica, por encima de las arbitrarias decisiones políticas que se olvidan que nuestra naturaleza y nuestro ambiente no son infinitos, sino muy limitados.

Nota 1: En el anexo XII, p. 57 de este documento publicado por la Unión Europea se da la lista de todas sustancias químicas requeridas. El texto está disponible en: http://pip.coleacp.org/files/documents/IT-AnanasMD2%2012-2011-02-1-UK.pdf

Nota 2: Véase nuestro artículo ASTORGA A, “Manejo o control integrado de las aguas”, Mayo del 2011, La Nación. Texto disponible en: http://www.allan-astorga.com/allan-astorga/2011/05/manejo-o-control-integrado-de-las-aguas