Tren rápido de pasajeros: avanzamos o seguimos en el pasado

En las últimas semanas se ha abierto un debate sobre el Tren Rápido de Pasajeros vinculado a la solicitud que hace el Poder Ejecutivo a la Asamblea Legislativa para que se apruebe un préstamo del BCIE para iniciar su desarrollo. Como producto de eso, se han levantado voces que se oponen y señalan diversos argumentos.

Algunos de esos argumentos cuestionan los estudios de factibilidad técnica que sustentan las propuesta, mientras que otros, aprovechando la situación de emergencia sanitaria en que estamos, y aprovechando la coyuntura política, hasta piden que es mejor financiar la CCSS con ese dinero del tren. Entre esos dos puntos extremos, también se han expuesto diversos argumentos donde incluso se cuestiona si debajo de todo esto no hay un “gran chorizo”.

Breve historia: como consultor a cargo de los estudios ambientales del Plan Regional Urbano y Rural de la Gran Area Metropolitana (PRUGAM) entre el 2008 – 2010 y como coordinador del Estudio de Impacto Ambiental del Tren Eléctrico Metropolitano (TREM) tuve la oportunidad de conocer la historia del proyecto de un tren moderno para la GAM.

Tenemos casi 20 años de estar haciendo estudios de pre y factibilidad para el Tren Eléctrico. Cada vez que se llega a un punto de avance importante, siempre se levantan voces que se oponen y dicen que los estudios están insuficientes y que nos falta hacer más estudios.

Como he escrito en varias ocasiones (ver www.allan-astorga.com) en el 2009 obtuvimos la Viabilidad Ambiental para el proyecto del TREM. Un proyecto menos ambicioso que el actual Tren Rápido de Pasajeros que plantea ahora el INCOFER. De haber seguido con el proyecto, para el 2011 hubiésemos iniciado su construcción, antes que el Metro de Panamá, que sigue avanzando, con todos los altibajos que ha tenido.

Sin embargo, en aquel momento se levantaron los famosos “peros a los estudios” y al final el proyecto no se pudo concretar. En su lugar, hemos estado impulsando un tren del siglo XIX, ruidoso, lento y contaminador del ambiente porque no es eléctrico, sino que quema diésel y emite gases de efecto invernadero.

Ahora, diez años después, nuevamente, cuando se está a las puertas de poder dar un salto cualitativo hacia desarrollar un tren en la GAM que de verdad sea del siglo XXI, no contaminante y que facilite el transporte y la movilidad de más de 200 mil personas de la GAM y, sobretodo, que nos haga sentir orgullosos y conscientes de que estamos haciendo algo por salvar a nuestro planeta, se levantan nuevas voces de cuestionamiento que más que mejorar el proyecto, parece que lo que desean es que nunca se haga.

Los argumentos que se levantan se parecen mucho a los de hace 10 años, cuando se echó por la borda todo el esfuerzo para el TREM. Ahora se trata del Tren Rápido de Pasajeros. Y lo malo es que no se proponen alternativas rápidas de solución. Solo se dice que los números no dan o que simplemente no debería hacerse. El común denominador parece ser la falta de visión de futuro, si es que no existen otros intereses diferentes, como el de mantener el statu quo de seguir usando un aparatoso y contaminante sistema de autobuses que llena y obstruye nuestras calles.

Hora de actuar: los estudios científicos a nivel internacional y las mismas advertencias de la ONU, son claros, la contaminación de nuestra atmósfera terrestre por gases de efecto invernadero se sigue incrementando, incluso, pese a la Pandemia del COVID – 19. Conforme esto suceda, más se incrementa el Calentamiento Global y los efectos de negativos de la Crisis Climática.

La situación ya no está para ponernos a hacer más y más diagnósticos. No hay tiempo. La estrategia de la descarbonización es muy importante que sea acelerada y consolidada.

El Tren Rápido de Pasajeros, además de ofrecer una alternativa moderna y eficiente de transporte para los habitantes de la GAM, es un paso hacia la descarbonización y un paso en la dirección correcta.
Costa Rica, por su tamaño, contribuye poco en las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, pero por su cultura de protección del ambiente, su contribución a nivel internacional es muy importante. Pasar de un tren ruidoso y contaminante del siglo XIX a un tren moderno, eléctrico y seguro del siglo XXI es una noticia que, en medio de toda esta crisis que estamos pasando, se interpreta como esperanzadora y optimista. Algo que todos necesitamos.

Finalmente, a los que levantan voces en contra del proyecto del Tren Rápido de Pasajeros, con diversos argumentos, solamente les solicito que revisen la historia de lo sucedido hasta ahora y que valoren si, en vez de estar formando parte de la solución y el avance del país, se están convirtiendo en parte del enorme lastre de problemas que impiden a que nuestra nación avance hacia el progreso. En esto, la historia como el tiempo no perdonan.

Publicación original Junio 14, 2020 4:33 am

Documento: Denuncia contra 31 Municipalidades

De la crisis de Crucitas a entregar los recursos mineros a empresas transnacionales

Hemos leído con detenimiento el proyecto de ley de la diputada María Inés Solís Quirós quien reconoce la participación del Colegio de Geólogos de Costa (aunque deberíamos decir que es solamente la de algunos de sus miembros y su Junta Directiva, no necesariamente la de todo el gremio geológico del país).

No cabe duda de que lo que está pasando en Crucitas es un verdadero problema social y ambiental. Es un problema que se ha venido incrementado por diversas razones y cuya solución es compleja, pues parece superar la capacidad del Estado para lograr poner control en esa zona fronteriza tan porosa.

No obstante, aprovechar lo que allí está sucediendo, señalando que el daño ambiental es “inconmensurable” y listar, sin la debida cuantificación y respaldo técnico y científico de estudios bien fundamentados, que lo que está sucediendo en esos 120 Km2 de Crucitas y alrededores donde se está dando la explotación ilegal del oro (que representa 0,002 % del territorio nacional) y una serie de problemas sociales desencadenados por la actividad, resulta una acción desproporcionada y, hasta cierto punto, muy manipuladora de la realidad.

Primeramente, hay que que señalar que un territorio tan despoblado como esa zona de Cutris, en donde se presenta aproximadamente una familia por cada 100 hectáreas, está siendo abandonado por sus residentes por lo que allí está sucediendo, es sobredimensionar el problema con el fin de presentar un escenario que está lejos de la verdad.

En cierto que en Crucitas hay problemas de muchos tipos, pero debemos ubicarlo en su verdadera dimensión, muchos de ellos muy comunes a extensas áreas rurales abandonadas desde hace muchos años por las diversas administraciones.

Ahora bien, partir de ese problema para plantear un proyecto de ley que re-autoriza la minería metálica en todo el territorio nacional, incluyendo nuestros mares patrimoniales, parte de las áreas silvestres protegidas y los territorios indígenas, es una verdadera sobredimensión y oportunista actuación, la cual no ha sido debatida por la sociedad costarricense.

Más todavía si se señala que se le debe dar en concesión a empresas mineras extranjeras cuyo único objetivo es explotar el recurso mineral al menor costo y obtener el mayor beneficio económico de su inversión.

¿Qué tendrán nuestros colegas geólogos mineros en no querer ver el desastre ocasionado por empresas extranjeras en el continente americano y más allá, el robo sistemático de los beneficios y la incapacidad de los Estados de fiscalizar debidamente sus operaciones? 

Tratar de resolver el puntual problema de Crucitas, exponiendo los 550 mil Km2 de nuestro territorio a la explotación minera es absolutamente desproporcionado e inconsecuente. Una verdadera y total ocurrencia con las que nos sorprenden cada cierto tiempo, algunos de los denominados “Padres de la Patria”.

No debemos olvidar que la minería metálica, incluso la realizada industrialmente, con alta tecnología, que por cierto genera muy pocos empleos, es altamente dañina al ambiente en países tropicales como Costa Rica. Daña el bosque, la biodiversidad, el suelo, el agua superficial y los acuíferos.

Esto sin mencionar que también genera problemas sociales en los anillos de pobreza de poblados mineros que se desarrollan en su entorno. De nuevo aquí aparece la misma pregunta: ¿qué no quieren ver de las pésimas experiencias vividas en El Salvador, en Honduras, en Guatemala o en Nicaragua nuestros ocurrentes diputados y mis colegas geólogos? ¿Dónde se ha visto que comunidades centroamericanas hayan salido del subdesarrollo gracias a empresas mineras extranjeras?

La revisión del proyecto de ley deja ver una serie de elementos que no están encaminados a resolver el tema Crucitas que es lo que urge, todo lo contrario, es multiplicarlo por todo el país. Se establece una escala a la minería, pero es engañosa, pues incluso la minería que iba a realizar Industrias Infinito en Crucitas calificaría como de “mediana”, aunque su impacto final, iba a ser muy grande, incluso mayor, por sus dimensiones y riesgos ambientales que los que se están generando en la actualidad con la minería ilegal.

Abrir los territorios de las tribus originales (indígenas) para que las empresas mineras trasnacionales “negocien” con ellos para explotar los recursos mineros metálicos en esos territorios, es abrir una “caja de pandora” que lejos de resolver los problemas sociales que existen, lo agravará muchos más. Al parecer, nadie de los proponentes de la ley se ha interesado por la suerte de comunidades indígenas frente a proyectos mineros en Guatemala o en Honduras.

Sacrificar parte de las áreas silvestres protegidas, como las zonas protectoras de bosque, los humedales o los refugios de vida silvestre no estatales para que sean objeto de explotación minera metálica, por empresas transnacionales, es prácticamente una locura, pues estaría sacrificando zonas de la Ecosfera Terrestre que deben ser protegidas y mejoradas, en medio de una alerta planetaria de la ONU que señala que más bien hay que regenerar y recuperar 100 mil millones de hectáreas de bosques y ecosistemas en todo el planeta.

El mensaje que estaría trasmitiendo al mundo Costa Rica, sería sumamente nefasto y negativo. Algo que jamás debería darse.Para finalizar y consciente de lo que está pasando en Crucitas, se hace indispensable que el Ministerio Público investigue a profundidad cómo empezó esta crisis ambiental y quienes son los verdaderos responsables.No es fácil creer los coligalleros de Abangares o de Osa, o de Nicaragua, pudieran saber dónde estaban, y ello con extrema exactitud, los sitios de mayor ley de explotación, sin que “expertos” en minería y con amplios conocimientos de los resultados de la exploración minera realizada por Industrias Infinito durante muchos años, no les dieran “cierta orientación”.

Creo que hay responsables del inicio de esta grave crisis ambiental y social y sobre ellos debe caer todo el peso de la ley. Puede incluso que algunos sectores políticos no sean del todo ajenos a esta súbita “fiebre por el oro” perfectamente bien orquestada en algunos medios de comunicación pocas semanas después de una interesante decisión tomada por la actual Fiscal General de la República.

Opinión: Construyendo la Resiliencia (humana y natural)

Resiliencia, en psicología, es la capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas como la muerte de un ser querido, un accidente, etc. Por su parte, la Resiliencia natural es el término empleado en ecología de comunidades y ecosistemas para indicar la capacidad de estos de absorber perturbaciones, sin alterar significativamente sus características de estructura y funcionalidad; pudiendo regresar a su estado original una vez que la perturbación ha terminado.

Resiliencia y Riesgo:
 en materia de ordenamiento ambiental del territorio y gestión preventiva del riesgo, para comprender mejor el contexto de la Resiliencia (humana y natural) debe tenerse claro el concepto de Riesgo, el cual, básicamente se relaciona a los conceptos de vulnerabilidad y amenaza.

La vulnerabilidad es la condición intrínseca de ser impactado por un suceso a causa de un conjunto de condiciones y procesos físicos, sociales, económicos y ambientales. Se determina por el grado de exposición y fragilidad de los elementos susceptibles de ser afectados –la población, sus haberes, las actividades de bienes y servicios, el ambiente– y la limitación de su capacidad para recuperarse.

Por su parte, la Amenaza es el Peligro latente representado por la posible ocurrencia de un fenómeno peligroso, de origen natural, tecnológico o provocado por el hombre, capaz de producir efectos adversos en las personas, los bienes, los servicios públicos y el ambiente.

Así el Riesgo se define como la probabilidad de que se presenten pérdidas, daños o consecuencias económicas, sociales o ambientales en un sitio particular y durante un período definido. Se obtiene al relacionar la amenaza con la vulnerabilidad de los elementos expuestos.

Un Desastre es una situación o proceso que se desencadena como resultado de un fenómeno de origen natural, tecnológico o provocado por el hombre que, al encontrar, en una población, condiciones propicias de vulnerabilidad, causa alteraciones intensas en las condiciones normales de funcionamiento de la comunidad, tales como pérdidas de vidas y de salud en la población, destrucción o pérdida de bienes de la colectividad y daños severos al ambiente.

Vemos entonces que los desastres producidos, por ejemplo, por geoamenazas naturales como los terremotos, las erupciones volcánicas o los tsunamis, entre otros; en su defecto los desastres producidos por los efectos del cambio climático (lluvias intensas, deslizamientos, sequías, inundaciones) o de tipo tecnológico (explosiones, incendios, por ejemplo), pueden afectar a las personas y sus bienes, así como a la infraestructura que da calidad de vida (carreteras, red eléctrica, de agua potable, etc.). Decimos entonces que tanto las personas, como la infraestructura sujeta a condiciones de riesgo, en particular, en condiciones de alto y muy alto riesgo a un desastre, requieren fortalecer su Resiliencia.

Resiliencia y desastres:
 como vemos, los desastres ponen a prueba la Resiliencia de las personas y de la infraestructura de una comunidad. En algunos casos, el desastre puede tener tal dimensión, que puede ser devastador y provocar severos daños a la vida de las personas y a la infraestructura. Por eso, para evitar que esa condición extrema llegue a darse, o en caso de que se diera, no provoque esos daños devastadores, se requiere trabajar en Prevención.

La prevención es la acción anticipada para procurar reducir la vulnerabilidad, así como las medidas tomadas para evitar o mitigar los impactos de eventos peligrosos o desastres; por su misma condición, estas acciones o medidas son de interés público y de cumplimiento obligatorio.

En materia de desastres producidos por efectos del cambio climático, la variabilidad climática y los GeoRiesgos, es la Gestión del Riesgo que se define como el proceso mediante el cual se revierten las condiciones de vulnerabilidad de la población, los asentamientos humanos, la infraestructura, así como de las líneas vitales, las actividades productivas de bienes y servicios y el ambiente. Es un modelo sostenible y preventivo, al que se incorporan criterios efectivos de prevención y mitigación de desastres dentro de la planificación territorial, sectorial y socioeconómica, así como a la preparación, atención y recuperación ante las emergencias.

De esta manera una correcta gestión preventiva es una forma efectiva de aumentar la Resiliencia de las personas y de la infraestructura ya existente y que se encuentra en condiciones de riesgo, alto y muy alto.
Por otro lado, realizar un cartografiado a detalle (1:25.000 o menos) de GeoRiesgos, permitiría, por medio de la Planificación Territorial, evitar que más personas y construcciones se puedan ubicar en zonas de riesgo alto y muy alto y, si no fuera posible, al menos se establecerían las medidas preventivas de diseño y educación ambiental para que se dispusiera de mayor resiliencia ante un desastre.

Gestionando la Resiliencia:
 como hemos dicho en otro de nuestros artículos (ver www.allan-astorga.com), debido a la falta de Ordenamiento Ambiental del Territorio y correcta Planificación Territorial, solo en la región del SICA (Centroamérica y República Dominicana) vivimos cerca de 20 millones de personas en condición de alto y muy alto riesgo. Por otro lado, cerca de un 35 % de la infraestructura existente se localiza en zonas de alto y muy alto riesgo. Como vemos, la ocurrencia de un desastre puede costar muchas vidas humanas y costosos daños a la infraestructura.

Ante este panorama, agravado por los crecientes y devastadores efectos del Cambio Climático, la gestión de la Resiliencia debe darse en varias fases. La primera de ellas es la preventiva, con el desarrollo un Reaseguro Regional para la zona del SICA y Seguros Paramétricos para obras de infraestructura existentes. En esta fase, también es indispensable, realizar educación ambiental, con las comunidades y por medio de aplicaciones que usen todos los sistemas de información disponibles para informar, educar y preparar a las personas sobre los tipos de riesgos a que están sometidos y cómo actuar ante un desastre. ¡Esto es indispensable para salvar vidas! De igual forma los sistemas de alerta temprana y la existencia de protocolos de acción elaborados por la misma comunidad con ayuda de autoridades.

En el caso de la ocurrencia de un Desastre, el tema de la atención de las personas es muy importante, en particular los niños, las personas de la tercera edad y los que tengan limitaciones. Los primeros auxilios sicológicos son muy importantes para estabilizar a las personas traumadas por los efectos del desastre. De igual forma, planes de atención a las mascotas resulta una tarea muy importante.

La existencia de un Fondo especial para la atención de desastres es fundamental, para poder hacer inversión rápida en la recuperación de línea vitales (energía, agua, internet, sistema de transporte, abastecimiento de alimentos, etc.). También para ayudar a los afectados para que puedan tener un nuevo principio. Depender de los recursos del Estado, es un problema, pues casi nunca los hay, y el desarrollo económico del país, más bien retrocede.

La restauración de las condiciones a la normalidad en el menor plazo posible es muy importante tarea para que se gane optimismo y se aumente la Resiliencia.

Como podemos ver, construir Resiliencia es una tarea ardua y sistemática. No se trata solo de hacer simulacros. Se trata de educar a saber convivir con el riesgo y a estar preparados y, actuar correctamente, ante un evento de desastre. Es una tarea que debemos emprender lo antes posible.

Allan Astorga Gättgens
Ex Catedrático de Geología Ambiental y Sedimentaria de la Escuela Centroamericana de Geología de la Universidad de Costa Rica. Licenciado en Geología de la Universidad de Costa Rica. Doctor en Ciencias Naturales de la Universidad de Stuttgart, Alemania. Experto en Ordenamiento Ambiental del Territorio y Gestión Preventiva del Riesgo. Colaborador científico del Sistema para la Integración de Centroamérica y República Dominicana (SICA).

Opinión: Recomendaciones estratégicas para elegir las autoridades municipales que necesitamos

Se aproximan las elecciones municipales. Todos los ciudadanos podremos ejercer el derecho democrático de ir a votar y escoger las nuevas autoridades municipales o reelegir aquellas que se lo merezcan. Se hace importante, por ello, hacer algunas recomendaciones muy respetuosas a los candidatos, los munícipes (ciudadanos del municipio), a la prensa preocupada por esas elecciones y, en general, a todos los que estén preocupados por el futuro de nuestra humanidad en los próximos años.

Grave coyuntura: aunque posiblemente muchos no están enterados, nos encontramos en una condición de alerta roja planetaria. La vida de nuestro planeta Tierra, está en peligro, incluyendo la nuestra, como humanidad. Durante el último año, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha emitido tres alertas rojas que deberían ser más discutidas por la prensa y por las autoridades responsables.

Las tres alertas rojas son las siguientes: a) efectos negativos por el Cambio Climático, principalmente desastres, b) acelerada extinción de especies, es decir, perdida de la biodiversidad, incluyendo las abejas que son la responsables de la polinización de casi el 60 % de los alimentos provenientes de la agricultura y c) grave peligro de no disponer de suficientes alimentos para una humanidad con una población creciente (9 mil millones en el 2050), debido a la pérdida de suelos y falta de agua para el desarrollo de cultivos, así como la pérdida de producción de alimentos del mar, como consecuencia de la contaminación. El punto de No Retorno, es decir, de inicio de extinción de la humanidad, se señala para el 2050, aunque algunos científicos opinan, con buen criterio, que esa es una visión optimista y que ese punto de no retorno se encuentra mucho más cerca de nuestro tiempo.

Descarbonizar la economía no es suficiente para no llegar a ese punto de no retorno. Evitar que la temperatura de los océanos y la atmósfera no suba, es una medida positiva para disminuir los efectos negativos del Cambio Climático, empero no es suficiente. Hay otras medidas que tomar, respecto a los ecosistemas de la Ecosfera que se encuentran en peligro de extinción y con nuestra economía depredadora, que se basa en una falsa premisa de que los recursos naturales son infinitos e inagotables (una vieja idea de principios del siglo XIX).

Uno de los mayores problemas que tenemos para cobrar conciencia de que nos encontramos en una crisis planetaria, se debe a que los efectos negativos de las tres alertas de la ONU, se dan durante varios años o hasta décadas. Siendo así, los problemas rutinarios de la economía, de los impuestos, del costo de la vida, de la educación, de la salud y otros más, resultan mucho más importantes. No solo para la gente común, sino también para la prensa y las mismas autoridades de gobierno, tanto central como municipal. Parece que nada está pasando, mientras sentimos la brisa que acaricia nuestro rostro al caer en un profundo precipicio y en cuyo fondo, encontraremos nuestra extinción.

Así como se pueden tomar medidas globales para mitigar nuestra crisis planetaria, como por ejemplo los Acuerdos de París del 2015, hay otra serie de medidas urgentes que deben tomarse desde ya, y cuyo efecto más directo y efectivo es que se tomen desde lo local, en cada territorio, cuya administración ya está asignada constitucionalmente al Gobierno Municipal. De allí la enorme importancia de que las autoridades municipales y todos los habitantes de cada municipio, tomen conciencia de la urgencia de priorizar acciones y ejecutarlas.

Medidas estratégicas a escala local: cada municipio representa una especie de célula de un enorme organismo vivo que conforma la Ecosfera terrestre continental. Así como las células tienen un sistema autónomo de funcionamiento y de supervivencia, así deben actuar los municipios dentro de sus territorios, para revertir el daño producido por la humanidad. Es el único camino, pues no hay una solución mágica. Se requiere de mucho trabajo a escala local con el compromiso de las autoridades municipales, munícipes, educadores, empresarios y productores, academia, profesionales independientes y la población en general.

Como hemos señalado anteriormente, las medidas clave a tomar son: a) Ordenamiento Ambiental del Territorio a una escala detallada (1:25.000 o menos), b) Categorización de los usos del suelo: urbano, agrícola-agropecuario y de conservación, con un claro balance de los tres componentes, c) recuperación de territorios degradados con reforestación estratégica y natural para la mejora de los ecosistemas, d) rápida transición del modelo productivo en las actividades agrícolas y agropecuarias hacia una visión de agricultura y ganadería regenerativa, no contaminante, con el uso de tecnología de avanzada, e) desarrollo urbano ambientalmente sustentable, no contaminante y de incentivo a la producción sostenible que brinde oportunidades de desarrollo económico a la comunidades humanas para erradicar la pobreza y la brecha social, f) corrección y prevención de la contaminación, g) rápida transición hacia el uso de energías más sostenibles y seguras, como la geotermia y h) planificación estratégica del desarrollo enfocado en un aumento de la Resiliencia humana y natural.

La ventaja de accionar todas estas medidas, lo antes posible, es que permite que cada municipio, aumente su Resiliencia y pueda promover un desarrollo humano y natural, más acelerado, pero ambientalmente sustentable. Por esta razón, los candidatos a ser autoridades municipales y los munícipes tienen que tener muy claro todo esto.

Un candidato a autoridad municipal, que desconozca la situación en la que nos encontramos como humanidad, y las acciones urgentes y prioritarias, no debería ser elegido pues, sin querer, estaría generando una pérdida de tiempo, que es un lujo que no podemos ni debemos darnos.

La acción individual de cada municipio -gobierno municipal y munícipes -, pero todos con el mismo norte, permitirá que “célula por célula” nuestra Ecosfera sane y podamos evitar el punto de no retorno. Como podemos ver, es una tarea de todos y por eso ocupamos autoridades municipales claramente conscientes y responsables de las urgentes tareas que deben emprenderse.

Acciones nacionales y planetarias: autoridades de gobierno central deben promover acciones estratégicas nacionales que faciliten a los municipios la aplicación de medidas locales en el menor plazo posible. En muchos casos, el marco jurídico vigente debe ser cambiado para adaptarse a la condición de crisis en la que nos encontramos. Las mismas medidas estratégicas señaladas, aplican a un marco nacional que defina una política de gestión para salvar la Ecosfera terrestre.

A nivel mundial, también urgen acciones estratégicas. Una de las más importantes es salvar los océanos y la vida que en ellos reside. Es vital, pues la Ecosfera marina también se encuentra en un grave peligro. También es urgente integrar el Principio de Sustentabilidad Ambiental (ver www.allan-astorga.com) en la Economía, pues de lo contrario, el sistema económico se volverá un gran obstáculo global para que podamos evitar llegar al punto de no retorno.

Las acciones y programas de la ONU deben ser reforzados y acelerados, como por ejemplo los Objetivos del Desarrollo Sostenible 2030. Urge hacer inversión en estos programas globales. Menos gastos en armas y guerras y más inversión en salvar la Ecosfera planetaria.

Hay más medidas y acciones a tomar, pero aquí hemos enunciado las principales. Con esta base, será sencillo hacer una serie de preguntas a los candidatos y candidatas para saber si de verdad están preparados para asumir los enormes retos que tendrán que enfrentar.

¿Tendrán los candidatos y candidatas, aspirantes a gobernar en el Bicentenario de nuestra independencia; claridad de la magnitud de su responsabilidad en la determinación de acciones y decisiones impostergables; al asumir un gobierno local con competencia territorial, con personalidad jurídica propia, con potestades públicas frente a sus munícipes, con potestad para operar de manera descentralizada frente al Gobierno de la República y de ejercer plenamente la autonomía constitucionalmente garantizada y reforzada con basta jurisprudencia constitucional; para tomar las decisiones urgentes que salvaguarden la vida en su cantón, en el país y en el planeta?