Dado que la idea de nueva refinería sigue, realizamos un cuidadoso análisis del proceso de Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) aplicado al expediente D1 - 5565 – 2011 SETENA. Los resultados son decepcionantes y hasta sorprendentes, al punto que nos llevó a plantear a la SETENA una petición de nulidad absoluta de la viabilidad ambiental otorgada por la Resolución No. 2543 - 2012 SETENA, del 9 de octubre del 2012.
Al igual que para la EIA de Crucitas y que está llevando a juicio a algunos funcionarios y exfuncionarios de la SETENA, nuevamente se actuó incumpliendo los mismos procedimientos técnicos establecidos. A continuación, algunos de los hechos que fundamentan esto.
Refinería nueva: el que RECOPE señale que es una “ampliación y modernización de la actual refinería” es un error fundamental que distorsiona y complica todo el proceso de EIA. Aunque las autoridades de gobierno reconocen que es una nueva refinería, el hecho de que la EIA considere que se está haciendo una ampliación y modernización de una obsoleta refinería, que tiene más de 50 años, tuvo serias repercusiones en el enfoque con que se planteó dicho estudio, con lo que se produjeron importantes y sustanciales omisiones.
Procedimiento ilegal: la legislación exige que se haga un EIA. Los términos de referencia deben ser establecidos después de presentar el formulario D1 y de que se realice una evaluación ambiental inicial completa, o en su lugar que se cumpla de forma estricta con la Guía que establece el Decreto no. 32966 del 2006. En el caso de la nueva refinería esto no se cumplió.
La SETENA fijó los términos de referencia mediante la resolución 141 – 2011, sin que se cumpliera el procedimiento que dicta la legislación. Con el agravante de que omitió temas fundamentales para la realización del EIA, con lo cual a todas luces favoreció que el proceso se simplificara y quedara omiso de un análisis ambiental completo. ¡Solo este irregular proceder es suficiente para solicitar la anulación de todo lo actuado!
Ausencia de análisis estratégico: lo más grave e imperdonable del proceso de EIA aplicado es que la SETENA lo trató como si fuera una simple gasolinera, sin considerar el verdadero alcance estratégico. La SETENA acepta tal cual los argumentos de RECOPE para justificar el proyecto, y que se basan exclusivamente en la proyección del incremento en el consumo de hidrocarburos en el país.
Eso contradice lo que el MINAE en el documento: "Hacia un nuevo modelo energético para nuestro país", de julio del 2010, dice: “de continuar la dependencia actual de este energético, la viabilidad económica del país puede estar en duda, en especial en las siguientes décadas. Por estas razones es importante adoptar desde ya, una estrategia de minimización del uso de los hidrocarburos…”
Es evidente que la EIA de la refinería requería de un profundo debate y no ser tramitado como un simple proyecto.
Contaminación existente: RECOPE reconoce que las aguas subterráneas, el suelo y subsuelo bajo la refinería y también parte de las aguas superficiales están contaminadas con hidrocarburos. A pesar de esto, la SETENA no solicita ninguna profundización sobre la dimensión y condiciones de esa contaminación, ni tampoco sobre el tema de la remediación que por ley debe aplicarse, ni sus costos, que son muy elevados y que incidirían fuertemente en la ecuación financiera de la nueva refinería.
La recuperación de un pozo contaminado por una fuga de hidrocarburos en Barreal de Heredia es de conocimiento público y cuesta creer que la SETENA no se haya enterado del costo: ¡de $2 millones! (La Nación: 03.06.2011).
Otros argumentos: por limitaciones de espacio, no es posible desarrollar todos los hechos que sustentan el recurso de nulidad. Algunos adicionales van desde la no consideración de los ambientes acuáticos y marinos en el EIA, pasando por la ausencia de un detallado análisis de vulnerabilidad hidrogeológica en terreno y el hecho de que no se haya solicitado el criterio del SENARA, sin olvidar una sospechosa entrega a destiempo del formulario D1.
Las serias debilidades del proceso de consulta pública realizado y el “conflicto de intereses” de los autores del Estudio (que son casi todos empleados de RECOPE) constituyen otros yerros, en medio de muchos más.
¡El silencio del SINAC sobre el impacto a medio acuático y marino es más que sorprendente!
Seria duda: todo lo anterior, no solo argumenta fuertemente para anular la viabilidad ambiental del proyecto de la nueva refinería, sino que plantea una muy seria duda sobre lo que debería ser el eficiente funcionamiento de la SETENA y del SINAC.
No es la primera vez que se dan semejante grado de yerros, y lo más grave es que no parece ser la última.
Y ante este panorama, de una SETENA intervenida hace meses por el MINAE, en este momento está en revisión la EIA de la Terminal de Contenedores de Moín, otro megaproyecto de $1000 millones. ¿Será que se aplicará la misma eficiencia de revisión como en el caso de Crucitas y la Refinería en Moín?
¡Las autoridades del MINAE nos deben una explicación!