Restauración de la naturaleza

Un solo planeta Tierra, una sola acción global (¿hasta cuándo?)

Julio 7, 2024 4:02 am

El pasado 17 de junio del 2024, la Unión Europea (UE) aprobó la Ley de Restauración de la Naturaleza. Forma parte de las iniciativas del denominado Pacto Verde Europeo, cuyo objetivo es alcanzar (para la UE) la neutralidad climática con meta del 2050. Aunque no negamos que este avance de la UE es muy importante en la lucha por recuperar el equilibrio de la Ecosfera Terrestre, no queda de otra que ubicarnos en la perspectiva global y señalar que, pese a lo relevante de acto, no es suficiente para el gran reto que debemos enfrentar como habitantes del planeta Tierra. Es vital ubicar cada acción en perspectiva y visión global, para no caer en el autoengaño de que “ya todo se está solucionando”, cuando la verdad, es que no es así.

Ley de Restauración de la Naturaleza de la UE: su aprobación enfrentó varios obstáculos, particularmente por las alegaciones del sector agrícola europeo que hace algunos meses sacaron sus tractores a las calles de las grandes capitales de Europa. Reclamaban por los precios de los insumos y las fuertes regulaciones para el uso de agroquímicos. Por eso, la propuesta original de la ley tuvo que ser modificada, para incluir “ciertas salvaguardas” para el sector agrícola.

La Ley pretende recuperar los ecosistemas de la UE, en especial, los que tienen mayor potencial como sumideros de carbono (bosques, humedales, praderas de montaña y estuarios). Su meta para el 2030, es que la restauración ecológica cubra al menos el 20 % de las superficies continentales y marítimas de la UE.

De acuerdo con la Nacional Geographic – España, “la ley establece objetivos específicos, que deberán ser alcanzados en marcos temporales definidos, para la restauración de hábitats protegidos y de especies protegidas, hábitats marinos, ecosistemas urbanos, conectividad de los ríos y de las funciones naturales de sus llanuras de inundación, polinizadores, agroecosistemas y ecosistemas forestales (artículos 4 a 10, respectivamente)”. Se citan como principales beneficios:

• Se podrán adaptar los bosques al nuevo escenario climático y reducir su riesgo de incendio.
• Se recuperarán pastizales que, tras el despoblamiento rural, se están matorralizando.
• Se incrementarán las poblaciones de polinizadores, esenciales para la producción agrícola.
• Se restaurarán humedales que filtrarán el agua contaminada por los fertilizantes y los purines.
• En las ciudades se creará infraestructura verde para reducir la contaminación atmosférica, suavizar el clima y favorecer la salud de las personas.

Urgente necesidad de visión global: si el resto del mundo tuviera iniciativas como la de la UE respecto a la Restauración de la Naturaleza, todo sería diferente. Desafortunadamente no es así, en términos de territorio, la UE cubre el 6,8 % de las tierras emergidas del planeta. Y en población representa el 5,6 % de la población de todo el planeta.

Visto así, la iniciativa de la UE, a pesar del enorme esfuerzo que representa, resulta más simbólica que significativa cuando se observa con visión planetaria.

Como hemos señalado en artículos previos (ver: www.allan-astorga.com) la Ecosfera terrestre es una sola, supera límites políticos, geográficos o climáticos. Es una misma y uniforme capa de vida que recubre la superficie del planeta Tierra desde hace más de 3.500 millones de años.

Por eso, una iniciativa como la Ley de Restauración de la Naturaleza de la UE, para aplicarse en Europa, aunque positiva, no es en absoluto suficiente. Si la misma se realizara en un contexto de una Acción Global que cubriera todo el planeta, tendría mucho más sentido y posibilidades de éxito.

La lógica simple nos indica que los objetivos propuestos por la UE, como una unidad, al cubrir solo una pequeña parte de la Ecosfera terrestre, son casi imposibles de lograr, si el resto del planeta sigue en franco deterioro y desequilibrio ambiental. La UE no es un satélite, ni está en una burbuja que la aísla del resto del planeta Tierra.

La crítica aquí tiene que ver con la miopía con que actúan el resto de las regiones del planeta (llámense los países que integran los Grupos Regionales de Negociación dentro del Sistema de las Naciones Unidas), ante la emergencia planetaria principalmente ocasionada por el Cambio Climático, la cual es transversal pues afecta todos los demás ecosistemas existentes y sin duda, representa una catástrofe ambiental.

Visto así, el resto de las regiones del mundo, incluyendo la nuestra, adoptan una visión egoísta e hipócrita y hasta cierto punto ignorante de la realidad, ya que varias de estas regiones, al igual que la sociedad europea, tiene patrones de consumo muy altos, con los que contribuyen enormemente a la depredación de la naturaleza del resto del planeta.

Sin embargo, la U.E. con su Ley de Restauración de la Naturaleza, pretende palear y corregir los daños ocasionados por esos patrones de consumo de sus sistemas productivos y humanos en pos de ofrecer un ambiente más sano a sus sociedades. Esfuerzo y actitud, que como desde el inicio indiqué, será solo puntual, si no es acompañado por esa visión global que debe incluir al resto de las regiones del planeta.

El verdadero esfuerzo de la UE debería ser impulsar en el marco de la Naciones Unidas y, en particular, del Consejo de Seguridad, la adopción de urgentes y globales medidas de restauración de la naturaleza. Dentro de esta acción planetaria, si resulta valedero su esfuerzo individual.

Estado de salud de la Ecosfera Terrestre: nuestro planeta sigue enfermo, en clara condición de desequilibrio y en franco proceso de deterioro. Los límites planetarios principales siguen acercándose hacia las zonas más críticas de peligro y camino a los puntos de no retorno. Esa es la realidad, pese a que algunos prefieran seguir diciendo que con recoger la basura y reciclarla, o ahorrar agua y energía ya estamos salvando el planeta. Eso no es cierto y tenemos que ser objetivos. Tenemos que hacer mucho, pero mucho más.

El contenido de CO2 en la atmósfera del planeta para este 2024 ya alcanza los 423.6 partes por millón (ppm) (https://es.statista.com/estadisticas/1269928/concentracion-atmosferica-global-de-dioxido-de-carbono/). En 1959, cuando comenzaron las mediciones y la población mundial rondaba los 3 mil millones de personas, el valor era de 315,98 ppm. Su incremento ha sido muy rápido, así como sus efectos en la atmósfera. Cada vez estamos más cerca de alcanzar los 1,5° grados por encima de la temperatura de año 1.800. Ahora se estima que será antes del año 2030. Todos percibimos, de una u otra forma, que las condiciones climáticas están cambiando muy rápidamente, nos movemos entre extremos.

Para el momento en que se escribe este artículo (22. junio.2024), a nivel global, la deforestación acumulada durante este año alcanza las 2.472.039 hectáreas, la tierra perdida por erosión anual de suelos es aproximada a las 3.328.041 hectáreas, el territorio afectado por desertificación ronda las 5.704.161 hectáreas, las emisiones de CO2 liberadas a la atmósfera este año son de aproximadamente 17.425.385 toneladas y la cantidad de químicos librados al ambiente es de 4.654.795 toneladas. Mientras tanto, la población mundial a esta fecha es de 8,117,373.153 habitantes. Como puede observarse, estamos muy lejos de estar incidiendo en la realización de cambios positivos para la Ecosfera terrestre.

La biomasa del planeta está descendiendo muy aceleradamente, tanto a nivel continental como oceánico. Entre 1970 y 2018, las poblaciones de casi 32.000 mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces presentaron una disminución del 69 % a nivel mundial. El panorama para América Latina, según el Informe Planeta Vivo publicado en 2022 por WWF, es más preocupante, pues la reducción durante el mismo periodo fue del 94 %(https://www.elespectador.com/ambiente/ruta-a-la-cop16). Estamos sumergidos dentro de una nueva gran extinción masiva de especies y nosotros, la humanidad, somos los principales responsables. Por eso ya no podemos seguir hablando con suavidad y diplomacia, se requiere mucho mayor firmeza y vehemencia.

Insistencia en acciones globales y estratégicas: en publicaciones previas hemos hecho propuestas concretas para la toma de acciones globales. Hemos insistido que la naturaleza nos brinda la solución: requerimos restaurar, al menos, 250 millones de hectáreas de ecosistemas y bosques tropicales. Esto es vital para ralentizar al incremento de CO2 en la atmósfera. Impulsar la agricultura y ganadería regenerativa. Ordenar y planificar los territorios de todos los gobiernos locales del mundo, bajo un sistema estandarizado de uso sostenible y de recuperación de los ecosistemas con visión global y planetaria. Tenemos la herramienta para hacerlo simultáneamente de forma global.

Hemos hecho las estimaciones de costo: se requieren 800 mil millones dólares por año que es equivalente al presupuesto militar de USA. Hemos planteado que esos recursos se pueden obtener si se le establece un impuesto ambiental global de $ 20 a cada barril de petróleo que se extraiga del planeta. Las reservas de hidrocarburos restantes, pueden y deben financiar la restauración de la Ecosfera terrestre desde ahora hasta que se agoten.

Las soluciones existen, lo que requerimos es de una visión global efectiva, un compromiso político mundial y no tanta burocracia ambiental que afecta a nuestros estados y a organizaciones clave como la ONU. Requerimos de cambios urgentes y prontos.

Allan Astorga

(*) El autor es Licenciado en Geología de la Universidad de Costa Rica. Excatedrático de Sedimentología y Geología Ambiental de dicha universidad. Doctor en Ciencias Naturales de la Universidad de Stuttgart, Alemania. Especialista en Evaluación de Impacto Ambiental, Evaluación Ambiental Estratégica, Ordenamiento y Planificación Ambiental del Territorio y Gestión Preventiva del Riesgo ante amenazas naturales (GeoRiesgos y efectos del Cambio Climático)

One planet Earth, one global action (for how long?)

 

Allan Astorga Gättgens (*)

On June 17, 2024, the European Union (EU) approved the Nature Restoration Law. It is part of the initiatives of the so-called European Green Deal, whose objective is to achieve (for the EU) climate neutrality with a goal of 2050. Although we do not deny that this advance by the EU is very important in the fight to recover the balance of the Earth´s Ecosphere, there is no choice but to place ourselves in the global perspective and point out that, despite the relevance of the act, it is not enough for the great challenge that we must face as inhabitants of planet Earth. It is vital to place each action in perspective and global vision, so as not to fall into the self-deception that “everything is already being solved”, when the truth is that it is not.

EU Nature Restoration Law: its approval faced several obstacles, particularly due to allegations from the European agricultural sector that a few months ago took their tractors to the streets of the major capitals of Europe. They complained about the prices of inputs and the strong regulations for the use of agrochemicals. For this reason, the original proposal of the law had to be modified to include “certain safeguards” for the agricultural sector.

The Law aims to recover the EU's ecosystems, especially those that have the greatest potential as carbon sinks (forests, wetlands, mountain meadows and estuaries). Its goal for 2030 is for ecological restoration to cover at least 20% of the EU's continental and maritime surfaces.

According to National Geographic - Spain, “the law establishes specific objectives, which must be achieved in defined time frames, for the restoration of protected habitats and protected species, marine habitats, urban ecosystems, connectivity of rivers and natural functions of their floodplains, pollinators, agroecosystems and forest ecosystems (articles 4 to 10, respectively).” The main benefits are cited:

• Forests will be able to adapt to the new climate scenario and reduce their risk of fire.

• Grasslands that, after rural depopulation, are becoming bushland will be recovered.

• Pollinator populations, essential for agricultural production, will increase.

• Wetlands will be restored that will filter water contaminated by fertilizers and slurry.

• Green infrastructure will be created in cities to reduce air pollution, soften the climate and promote people's health.

Urgent need for a global vision: if the rest of the world had initiatives like the EU's regarding Nature Restoration, everything would be different. Unfortunately, this is not the case, in terms of territory, the EU covers 6.8% of the planet's emerged land. And in population it represents 5.6% of the population of the entire planet.

Seen in this way, the EU initiative, despite the enormous effort it represents, is more symbolic than significant when observed with a planetary vision.

As we have pointed out in previous articles (see: www.allan-astorga.com) the Earth's Ecosphere is one, it surpasses political, geographical or climatic limits. It is the same and uniform layer of life that has covered the surface of planet Earth for more than 3.5 billion years.

Therefore, an initiative such as the EU Nature Restoration Law, to be applied in Europe, although positive, is not at all sufficient. If it were carried out in the context of a Global Action that covered the entire planet, it would have much more sense and chances of success.

Simple logic tells us that the objectives proposed by the EU, as a unit, by covering only a small part of the Earth's Ecosphere, are almost impossible to achieve, if the rest of the planet continues in clear deterioration and environmental imbalance. The EU is not a satellite, nor is it in a bubble that isolates it from the rest of planet Earth.

The criticism here has to do with the myopia with which the rest of the regions of the planet act (call them the countries that make up the Regional Negotiation Groups within the United Nations System), before the planetary emergency mainly caused by Climate Change, which is transversal since it affects all other existing ecosystems and no doubt, represents an environmental catastrophe.

Seen in this way, the rest of the regions of the world, including ours, adopt a selfish and hypocritical vision and to a certain extent ignorant of reality, since several of these regions, like European society, have very high consumption patterns. with which they contribute enormously to the depredation of nature on the rest of the planet.

However, the E.U. with its Nature Restoration Law, it aims to alleviate and correct the damage caused by these consumption patterns of its productive and human systems in order to offer a healthier environment to its societies. Effort and attitude, which as I indicated from the beginning, will only be punctual, if not accompanied by that global vision that must include the rest of the regions of the planet.

The EU's real effort should be to promote, within the framework of the United Nations, and in particularly the Security Council, the adoption of urgent and global measures to restore nature. Within this planetary action, its individual effort is valid.

State of health of the Terrestrial Ecosphere: our planet remains sick, in a clear condition of imbalance and in a clear process of deterioration. The main planetary boundaries continue to move towards the most critical danger zones and towards the points of no return. That is the reality, despite the fact that some prefer to continue saying that by collecting garbage and recycling it, or saving water and energy, we are already saving the planet. That is not true, and we have to be objective. We must do much, much more.

The CO2 content in the planet's atmosphere for 2024 already reaches 423.6 parts per million (ppm) (https://es.statista.com/estadisticas/1269928/concentracion-atmosferica-global-de-dioxido-de-carbono /). In 1959, when measurements began and the world population was around 3 billion people, the value was 315.98 ppm. Its increase has been very rapid, as has its effects on the atmosphere. We are getting closer to reaching 1.5° degrees above the year 1800 temperature. Now it is estimated that it will be before the year 2030. We all perceive, in one way or another, that climatic conditions are changing very quickly, we are moving between extremes.

At the time of writing this article (June 22, 2024), at a global level, the accumulated deforestation during this year reaches 2,472,039 hectares, the land lost due to annual soil erosion is approximately 3,328,041 hectares, the territory affected by desertification is around 5,704,161 hectares, the CO2 emissions released into the atmosphere this year are approximately 17,425,385 tons and the amount of chemicals released into the environment is 4,654,795 tons. Meanwhile, the world population as of this date is 8,117,373,153 inhabitants. As can be seen, we are very far from influencing positive changes for the Earth's Ecosphere.

The planet's biomass is declining very rapidly, both at the continental and oceanic levels. Between 1970 and 2018, the populations of almost 32,000 mammals, birds, amphibians, reptiles and fish decreased by 69% worldwide. The outlook for Latin America, according to the Living Planet Report published in 2022 by WWF, is more worrying, since the reduction during the same period was 94% (https://www.elespectador.com/ambiente/ruta-a-la -cop16). We are immersed in a new great mass extinction of species and we, humanity, are the main responsible. That is why we can no longer continue speaking softly and diplomatically, much greater firmness and vehemence is required.

Insistence on global and strategic actions: in previous publications we have made concrete proposals for taking global actions. We have insisted that nature offers us the solution: we need to restore at least 250 million hectares of tropical ecosystems and forests. This is vital to slow down the increase of CO2 in the atmosphere. Promote regenerative agriculture and livestock. Organize and planning the territories of all local governments in the world, under a standardized system of sustainable use and recovery of ecosystems with a global and planetary vision. We have the tool to do it simultaneously on a global basis.

We have made cost estimates: 800 billion dollars are required per year, which is equivalent to the US military budget. We have proposed that these resources can be obtained if a global environmental tax of $20 is established on each barrel of oil extracted from the planet. The remaining hydrocarbon reserves can and should finance the restoration of the Earth's Ecosphere from now until they are depleted.

The solutions exist, what we require is an effective global vision, a global political commitment and not so much environmental bureaucracy that affects our States and key organizations such as the UN. We require urgent and prompt changes.

(*) The author has a degree in Geology from the University of Costa Rica. He is a former professor of Sedimentology and Environmental Geology at said university. Doctor in Natural Sciences from the University of Stuttgart, Germany. Specialist in Environmental Impact Assessment, Strategic Environmental Assessment, Territorial Environmental Planning and Ordering and Preventive Risk Management in the case of natural threats (GeoRisks and effects of Climate Change) / a.astorga.g@gmail.com.