A propósito de la “forma” de conmemorar el Dia Mundial del Ambiente (5 de junio) en la UCR, y de alguna serie de objeciones que se plantearon a ese “acto simbólico”, respecto a su verdadera efectividad en “hacer conciencia” ambiental a la comunidad universitaria y al público en general, se hace obligatorio plantear, de forma proactiva, algunos puntos concretos sobre “qué puede hacer la UCR por el ambiente”. Veamos:
1. Quebrada Los Negritos: es una absoluta vergüenza que este curso de agua contaminado atraviese el Campus y que, por tantos años, todavía la UCR no haya hecho nada. Es claro que no toda la contaminación proviene de la UCR, pero, como parte de una acción conjunta con la Municipalidad y otras instituciones, desde hace tiempo, debería estar en ejecución un plan de saneamiento ambiental.
2. Más árboles y zonas verdes, y menos construcciones horizontales. Lo planteamos hace algún tiempo a propósito del tema de la construcción de la Facultad de Odontología en la Finca Tres (“La UCR debe dar el mejor ejemplo”, Página Abierta del Diario Extra, 14/02/2017). No se trata de un “lujo”, es una necesidad ambiental urgente. Los estudios hidrogeológicos que hemos realizado para Montes de Oca muestran que todo el cantón es un área de recarga acuífera y que bajo el mismo se encuentran al menos dos acuíferos importantes. En los distritos de Mercedes, Sabanilla y San Pedro el modelo de construcciones horizontales, con muy pocas áreas verdes, y este ha sido el modelo urbano incorrecto. La impermeabilización de los terrenos genera un muy serio desbalance hídrico en materia de aguas subterráneas y un exceso de aguas de escorrentía que saturan las quebradas y aumentan la amenaza a inundaciones. En esto, como lo hemos reiterado, se debe dar ejemplo y no lo contrario, como hace la UCR. Debe tenerse un plan ambiental de desarrollo urbano para todas las propiedades y debe mantenerse una línea clara: la sustentabilidad ambiental y no la consecución de nuevas construcciones antiecológicas y no sostenibles ambientalmente. Se requiere todo un plan de renovación urbana ambientalmente sustentable, extensivo a todo el cantón de Montes de Oca.
3. Menos papel y más uso del sistema digital: aunque hay que reconocer que se ha hecho un esfuerzo, todavía se siguen gastando miles de resmas de papel por año. Doce resmas representan un árbol (cultivado o no), por lo que la UCR implica el sacrificio de muchos árboles anualmente. Todavía muchas circulares, oficios y memorándums se entregan en papel; esto sin contar las tintas y la energía que se consume. La UCR debe dar ejemplo con el más bajo consumo de papel posible y en la máxima tecnificación digital.
4. Huella de carbono y Carbono Neutralidad: nuestra alma máter debe ser líder en esta materia. Nuestras instalaciones producen emisiones que no son compensadas. Seguimos contribuyendo con la contaminación atmosférica y con el Cambio Climático. Debemos y podemos tomar medidas con el uso de paneles solares y el uso de biodiesel y otros biocombustibles en los medios de trasporte de la UCR, la cual debería plantearse la meta de Carbono Neutralidad en el menor plazo posible.
5. Y la más importante: crear una verdadera y efectiva tarea de extensión social haciendo conciencia ambiental sobre la aplicación de las verdaderas medidas que se requieren para enfrentar los retos que afronta nuestra Ecosfera terrestre, particularmente en Centroamérica y Costa Rica. Ordenamiento Ambiental del Territorio, Planificación Estratégica y estrictas acciones en la prevención, corrección y control de la contaminación en todas sus manifestaciones son las claves de esa gestión ambiental verdadera. Como hemos dicho, revalorar, reutilizar, reciclar residuos y ahorrar energía y agua ayudan, pero no son suficientes. Son más un placebo para no sentirnos mal con nosotros mismos y la sociedad.
6. Ser mucho más proactivos y autocríticos en defensa del ambiente. La UCR, como miembro del Conare y por medio de esta, en la Comisión Plenaria de la Setena, no puede seguir siendo cómplice de que se siga haciendo una ineficiente EIA (evaluación de impacto ambiental) en el país y alcahuetear que, en vez de avanzar, retrocedamos. Lo mismo en EAE (evaluación ambiental estratégica) tanto de políticas, planes y programas, como en materia de Ordenamiento Ambiental del Territorio, donde ProDUS-UCR se ha convertido en su peor enemigo, arrastrando consigo, por muchos años, a varias municipalidades que han invertido cientos de millones en planes reguladores que tienen años de esperar y que tienen poca expectativa de ver la luz algún día. ¿Se habrá transformado la UCR en una “estafadora” de municipios en materia de planes reguladores? El tiempo o las demandas nos lo dirán.
Muchas comunidades añoran la época en la que el Consejo Universitario creaba comisiones para examinar megaproyectos sumamente cuestionables como el proyecto minero Crucitas, el PH Diquís o el acueducto Coco-Ocotal en Sardinal. Otros megaproyectos han visto el día, tan cuestionables como los anteriores, sin que el Consejo Universitario considere en lo más mínimo necesario alzar la voz.
Probablemente, hay mucho más que decir. Estoy seguro de que, con la riqueza intelectual que tenemos en la UCR, habrá más propuestas. Aquí presentamos algunas de las más urgentes. Tienen la palabra nuestras autoridades y comunidad universitarias.