El anuncio del Ministerio de Vivienda y Asentamientos Humanos (MIVAH) y del Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo (INVU) el pasado lunes 3 de octubre, que desecha el Plan PRUGAM (Planificación Regional y Urbana de la Gran Área Metropolitana) y que en su sustitución el INVU está preparando un nuevo instrumento denominado Plan de Ordenamiento Territorial de la Gran Área Metropolitana (POTGAM), se basa en lo siguiente: que el PRUGAM tenía algunas inconsistencias y que no “daba la talla”.
Esa vergonzosa decisión se califica además como grave y como un enorme error, y debería ser objeto de una profunda y cuidadosa investigación. Las razones son muchas.
En primer lugar, por el hecho de que en el PRUGAM, incluyendo sus obras demostrativas y los planes reguladores, se invirtieron 18 millones euros, 11 de ellos aportados por la Unión Europea y 7 por el Estado.
Respecto a la ayuda aportada por la Unión Europea resulta bochornoso y hasta ridículo, con el agravante de que, como dice nuestro pueblo, “con qué cara vamos a seguir pidiendo cooperación internacional para la planificación”.
También hay que cuestionarse por qué en estos momentos en que se está hablando de un plan fiscal para aumentar los recursos del Estado, y de hacer un uso eficiente de ellos, prácticamente se tira a la basura una inversión de 7 millones de euros, o sea, cerca de 10 millones de dólares, con cargo a los impuestos de todos. Solo este hecho debería motivar a que entidades como la Contraloría General de la República y el Defensoría de los Habitantes inicien una investigación detallada.
Empero el asunto más grave de la decisión tomada es la forma en que se desecha y se manda al olvido un esfuerzo interinstitucional y del país como un todo, en hacer una Planificación Territorial de la GAM, durante casi una década. El PRUGAM trabajó durante seis años, pero su preparación administrativa y legal llevo casi cuatro años, incluyendo una aprobación por parte de la Asamblea Legislativa. Como bien dice el refrán popular: “el tiempo perdido hasta los santos lo lloran”.
Sin fundamento. En el caso del PRUGAM el asunto es todavía más serio, pues no fue que se perdiera el tiempo, sino que unas autoridades en el INVU y el MIVAH, sin presentar suficientes argumentos de sustento, deciden desechar el esfuerzo de planificación territorial realizado por el país durante años.
La situación caótica que vivimos en la GAM no pareciera ser su mayor preocupación por lo visto. Claramente, el rechazo de tantos años de esfuerzos y de estudios es un lujo que ni los países más ricos del mundo se pueden dar: resulta que en Costa Rica somos tan afortunados que si nos lo podemos dar.
Los argumentos dados para desechar el PRUGAM, que ya cuenta con viabilidad ambiental, desde noviembre del 2009 por parte de la SETENA, no son suficientes ni satisfactorios. En particular por el hecho de que la propuesta del Plan fue revisada por diversos entes internacionales, incluyendo expertos de la Universidad de Harvard, que lo calificaron como uno de los planes más avanzados y mejor elaborados. Lo dice la Universidad Harvard, pero ¡qué importa señores del INVU!
También, porque el ente que lo rechaza es el mismo INVU, que formó parte de la elaboración del Plan desde el principio, y que ahora, en vez de solicitar a aquellos que elaboraron el Plan PRUGAM que procedieran a corregirlo según sus exigencias, deciden desecharlo y elaborar ellos mismos su propia propuesta.
Esa propuesta del INVU, denominada POTGAM, que todavía no conocemos, implica además un costo adicional de 190 millones de colones al erario público y, en principio, deberá estar lista para el mes de diciembre de este año. Algunos esperarían que fuera la propuesta del PRUGAM modificada y con un nombre diferente, no obstante, por lo señalado por el mismo INVU en los foros realizados, la situación es otra, ya que lo que se dice es que el POTGAM será una especie de modernización del Plan GAM de 1982, con todo y su anillo de contención “adaptado” a la época actual. Asunto que preocupa, si recordamos que durante los últimos 10 años el INVU ha intentado ampliar el anillo de contención, en tres ocasiones, lo que no ha logrado gracias a la Sala Constitucional.
Crecimiento caótico. Como puede verse, el panorama no es claro ni halagador, todo lo contrario. Mientras tanto, la GAM, donde vivimos casi el 60 % de la población del país, sigue convertida una ciudad altamente desordenada, con un crecimiento urbano caótico, energéticamente ineficiente y que es fuente de un estrés altamente negativo para sus habitantes. Y eso no es todo, lo más grave es que mientras no se tomen acciones concretas como las que proponía el PRUGAM, se van a seguir urbanizando, sin criterio apropiado, las zonas de alta y muy alta amenaza, donde ya hoy vive más del 20 % de la población de la GAM en condiciones de MUY ALTO RIESGO a las amenazas naturales, como los deslizamientos, avalanchas, inundaciones y fallas geológicas, entre otras.
Es bueno es que los costarricenses empecemos a cobrar conciencia de esto y que cambiemos nuestra actitud de asimilar estas noticias con pasividad y desinterés. La realidad no dice que debemos reaccionar pidiendo rendición de cuentas, investigación y que se nos informe sobre esas graves decisiones que tienen serias repercusiones para todos nosotros y nos hunden en más problemas, contaminación, pérdida de calidad vida y subdesarrollo. Todo esto ocurre mientras, en estos mismos años, nos pavoneamos ante el mundo como un país altamente competitivo y abierto a la apertura comercial, cuando en realidad son este tipo de decisiones las que nos hacen retroceder en todos los ámbitos.