Óscar Arias

Balance ambiental 2006 - 2010

En el discurso del 1 de mayo del 2010, el presidente Arias, dedicó dos minutos para hablar sobre sus “logros” en ambiente. Hizo una lista, de lo que él considera, el gran avance del país durante su gestión. Vale la pena analizarlos en su dimensión real, para ponderar este "autobalance".

Árboles sembrados y bosques perdidos. Don Óscar habla de que en estos 4 años se sembraron 19 millones de árboles. No menciona que más de la mitad de esos árboles son plantaciones de monocultivos que no implican un ecosistema boscoso. Tampoco, que muchísimos de esos árboles sembrados por estudiantes y comunidades, se pierden en la maleza al haber omitido del Programa “A que siembras un árbol” prever el cuidado de las plántulas. Se obvió el tema, medible, de los bosques que se han perdido por el agresivo desarrollo inmobiliario que su administración favoreció en Guanacaste, el Pacífico central y sur, el Caribe y hasta en las zonas altas del Valle Central. Desarrollo inmobiliario que ha producido reducciones de bosque hasta de un 10 % en como Tamarindo y el cantón de Carrillo, que a ese ritmo, implicaría la destrucción de los ecosistemas boscosos en menos de 50 años.

Tampoco menciona el efecto de la expansión piñera que ha afectado bosques y áreas de protección de ríos, con cifras elocuentes: de 18.000 hectáreas hace 5 años a más de 54.000 en el 2009 (según el MAG). El Presidente omitió el hecho de que su administración no creó un SOLO parque nacional nuevo, sino que intentó degradar o eliminó áreas protegidas (Gandoca –Manzanillo, San Lucas, Tivives, Santa Ana y Baulas). Además le otorgó la conveniencia nacional al proyecto Crucitas. El balance de esta administración para los ecosistemas del país, es absolutamente negativo.

Costa Rica y el ranquin. Los avances que ha tenido el país, respecto a otros países, en materia de sostenibilidad ambiental, no son fruto de la administración Arias. El progreso ambiental de Costa Rica, es el producto de décadas de esfuerzos en la creación de áreas protegidas, de reversión de la deforestación, de lucha contra los efectos de la minería metálica y por la protección de los recursos hídricos dados, no los políticos, sino, sobretodo, las organizaciones ambientales. Decir que Costa Rica mejoró 27 puntos en la escala de sostenibilidad ambiental y que está en tercer lugar en el mundo en Desempeño Ambiental gracias a la administración Arias, implica ignorar décadas enteras de grandes esfuerzos y sacrificios de muchos.

La violación a la legislación ambiental en Suiza y en Islandia, países superados por Costa Rica en el último ranquin mundial, acarrea consecuencias muy distintas a las que las empresas que contaminan deben enfrentar aquí. En estos años, incluso, el Tribunal Ambiental no fue consolidado, sino objeto de políticas tendientes a debilitarlo; la Setena fue deliberadamente intervenida desde el Ministerio de la Competitividad para vaciarla de su mandato original, provocando la aprobación de una serie de viabilidades ambientales cuyos efectos pagaremos en el corto y mediano plazo. La pérdida exponencial de anfibios, mamíferos, arrecifes coralinos, y de la población de monos (perdimos más del 50% en estos últimos años). Los efectos de la erosión ya amenazan varias partes de los litorales.

Carbono Neutral en el 2021: aunque la propuesta es positiva y ambiciosa, es posible, por la tradición ambiental que tiene el país de proteger sus recursos naturales y no necesariamente por las acciones de esta última Administración Arias. No obstante, el árbol se conoce por sus frutos, no por sus intenciones. Decir que el país debe ser carbono neutral en el 2021 es fácil, el problema es ser consecuente y esforzado en lograrlo. En este caso, no solo quedamos en la intención, sino que retrocedemos. La entrada en operación de la Plata Térmica de Garabito es un paso atrás.

La operación minera en Crucitas una vuelta a la Edad Media. El que no se haya impulsado los compromisos en materia de ordenamiento territorial y la aprobación del Prugam 2008 – 2030, también son un retroceso e incluso un paso atrás, cuando aprovechando la viabilidad ambiental del Prugam se pretendió ampliar el anillo de contención para expander la ciudad, en áreas frágiles con bosques y nacientes. En vez de promover una Ley para el Cambio Climático que nos llevaría a esa meta, el Ejecutivo hizo todo lo posible para que se aprobara la Ley de Baulas. Como vemos, el balance entre lo que se quería y lo que se hizo, es muy negativo.

Protección de los recursos marinos: también aquí hay un doble discurso. Los temas más urgentes y graves siguen vigentes: el aleteo del tiburón, la pesca indiscriminada, la falta de protección de las áreas marinas más sensibles y la carencia de una efectiva y eficiente administración de la zona económica exclusiva, siguen pendientes de soluciones valientes y visionarias.

La iniciativa Costa Rica por Siempre, encaminada a avanzar en la protección de áreas marinas, apenas empezó y solo llegó a una pequeño porcentaje de la meta originalmente planteada, precisamente por ese doble discurso de la administración Arias que, mientras solicita donaciones y recursos para proteger el ambiente, declara de conveniencia nacional el proyecto minero metálico más grande de Centroamérica y hace presión en el Legislativo para que se apruebe una proyecto de marinas y atracaderos turísticos, se atente contra el Parque Marino las Baulas, y permite que el país haga el ridículo internacional en materia de lucha contra el aleteo de tiburón, objeto de un reciente galardón mundiala la organización que así lo ha venido denunciando desde varios años. También aquí, el balance es negativo.

Paz con la naturaleza, minería, petróleo. Vale lo señalado: son los hechos y no las palabras los que valen. Creo, sin ánimo de equivocarme, que la gran mayoría de los costarricenses nos entusiasmamos cuando escuchamos la propuesta del presidente Arias, en el 2007. Pero, creo también, que la gran mayoría está altamente decepcionada y desilusionada, por el doble discurso y porque la misma oficina ejecutora de la iniciativa, perdió apoyo presidencial desde el momento en que, con gran valentía, se opuso a la minería metálica y cuestionó la decisión sobre Crucitas. Fue esa oficina la que planteó la revisión del Código Minero y la que planteo el tema de que se mantuviera la “moratoria” a la exploración petrolera. No debemos olvidar que el exministro Dobles pretendía impulsar la exploración petrolera, pero fueron presiones como el de la iniciativa y el clamor popular contra la minería y Crucitas, lo que hizo desistir al Presidente.

Síntesis: definitivamente, pese a los palabras de don Óscar, el balance de su gestión en ambiente es sumamente negativo, tanto que el país ha retrocedido y será necesario mucho esfuerzo para volver a retomar un rumbo de sostenibilidad, y en particular, en una asunto muy importante: recuperar la credibilidad de los costarricenses en sus dirigentes y también, a nivel internacional, dado que Costa Rica, se convirtió en el país del doble discurso. Bien lo indica el último informe del Estado de la nación (2009) al señalar que el Estado ha dejado de ser un regulador de conflictos ambientales, y más bien los está generando desde el Poder Ejecutivo al tomar decisiones sin ningún tipo de consulta.